Sentir que cada latido es un triunfo.
Deshacerse de un portazo del deseo.
Respirar lo que escribo, y lo que leo.
Doblarse y no romperse, como el junco.
Rezar con un rosario de perdones.
Caminar con las suelas ya gastadas.
Huir como un valiente en las batallas.
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Cantar como un juglar las emociones.
Que el vivir es lo mismo que el volar,
las nubes saben bien lo que les digo,
estas alas no saben descansar.
Parar en el repecho de tu ombligo:
todo hombre necesita un hogar,
todo pájaro necesita un nido.
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