El Murciégalo
Ahora es el momento clave para quitarnos de encima a un, quién lo iba a decir, rival directo. Estamos dos puntos por encima que mañana pueden ser cinco sobre las ocho y media de la tarde. En realidad pueden ser más de cinco, eso de que las matemáticas no fallan a veces es irreal. El Sevilla viene de dos palos recibidos en Bilbao y Rusia, y ha demostrado que contra equipos de cierto empaque es muy posible que palmen. La flor les ha emigrado del trasero.
El Valencia, a día de hoy, es el segundo equipo de la liga española (primero si triunfa Puigdemón) y debe hacer valer su jerarquía.
Digo que son más de cinco puntos porque una derrota contundente en Mestalla, acallará los gritos al son del Arrebato en el Pizjuán para dar hueco a los de “Berizzo, vete ya” o al clásico “Directiva dimisión”, y ¿por qué no?, a algo así como “Monchi te queremos; Monchi, vuéltete”.
Agrandar la incipiente crisis en Nervión, supone poner tierra de por medio con él hasta que espabilen y reconduzcan la situación, si lo hacen. Supone dejar de mirarlos para fijar otro objetivo: el Atlético de Madrid, que no parece tan sólido como en campañas anteriores. Estamos ahí arriba y hay que saber competirlo pasito a pasito…tacita a tacita.
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