Pedro Hermosilla
Las editoriales responsabilizan en parte a las comunidades autónomas por el encarecimiento de los libros de texto, puesto que, según declara la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material de Enseñanza (ANELE), la diversificación curricular autonómica les exige hacer hasta 25 versiones distintas para un libro de una asignatura en un mismo nivel. Incluso en materias tan difícilmente manipulables para el lavado cerebral como las matemáticas.
La locura se ha instalado, una vez más, y lleva ya mucho tiempo, en la enseñanza y sus “alrededores”, dado que la política mete sus sucias y torpes manos en todo lo que se menea y todo y de todo quieren hacer infecto partidismo. No imperan motivos pedagógicos en los constantes cambios de las legislaciones sino que más bien esconden una clara voluntad de adoctrinamiento.
La educación empezará a arrancar cuando las leyes educativas las confeccionen profesionales de la educación sin adscripción política. Así de claro, así de sencillo.
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