Pedro Hermosilla
La cuarta entrega de la saga busca a Rosendo por la vereda de los años pasados, cuando Rosendo era Leño, cuando Leño era una canción y cuando esa canción era un himno.
Con todos ustedes una de las obras maestras del rock en español de todos los tiempos. Un Rosendo jovencísimo, ya mostraba las pautas de su personalidad pasota…“ausente”. Un tipo al que no le encontrarás metido en ningún fregado. Inteligente.
“No pienses que estoy muy triste
si no me ves sonreir
es símplemente despiste
maneras de vivir.”
Su querencia a la soledad, a la tranquilidad, a la normalidad…
“Me sorprendo del bullicio
y ya no sé qué decir
cambio las cosas de sitio
maneras de vivir.”
Voy cruzando el calendario
con igual velocidad
subrayando en mi diario
muchas páginas.»
Buscando cualquier historia para meterle tres acordes, dos punteos y así hacer genuino rock and roll.
“Te busco y estás ausente
te quiero y no es para ti
a lo mejor no es decente
maneras de vivir.”
Y seguir y seguir y seguir, una y otra vez dando distintos ritmos rockeros , hasta convertir a su guitarra en una prolongación de su cuerpo…y de su cerebro, lo que le permite versionear cualquier canción o improvisar melodías con resultados muchas veces superiores a los originales.
“Voy aprendiendo el oficio
olvidando el porvenir
me quejo sólo de vicio
maneras de vivir.”
Sin darle la espalda ni encarar los peligrosos y fatalmente definitivos caminos entrampados del rock.
“No sé si estoy en lo cierto
lo cierto es que estoy aquí
otros por menos se han muerto
maneras de vivir.”
Nos invita a seguirle por esa senda…porque merece la pena correr el riesgo.
“Descuélgate del estante
y si te quieres venir
tengo una plaza vacante
maneras de vivir.”
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