Educacion Valencia

DE CUANDO FUI UN CAFRE

Pedro Hermosilla

Una de las mayores cacicadas que hacemos los maestros( yo me acuso), cierto que cada vez con menos frecuencia afortunadamente, son los castigos generales a todos los alumnos de la clase por la payasadas de unos pocos; demostrando que muchas  veces somos tan cafres o más que aquellos que las provocan.

Es injusto y sabemos que lo es. Por un solo niño que sea castigado sin razón merece la pena abolirlos. Recordemos que estos santos de escapulario, sufren tanto o más que el maestro las gilitonteces de estos personajes…y encima los castigamos por ello.

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El sentido de la justicia está muy  impregnado en los niños desde muy  jovenzuelos y si no lo practicamos desde la docencia es muy difícil que te vean como un referente, como un modelo  a seguir (casi mejor, porque si eres injusto no merece la pena que te copien ese comportamiento).

Desde aquí  pido públicamente perdón por las veces que lo hice (si bien es cierto que no muchas) y que pido que el karma me castigue por cada una de ellas con un “juanete”. Soportaré con estoicismo el castigo.

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