SOLILOQUIOS DE UN JAMELGO Valencia

ER CASHONDEÍTO:(ALTA FILOSOFÍA)

El Jamelgo

Ya me han dado un par de toques de atención la dirección de “inFORMAvalencia” advirtiéndome que este no es un periódico normal, que aquí no se habla de política ni de políticos, que para buscar esas cosas la gente ha de irse a otra parte, y bla, y bla, y bla… que  el periódico trata de educación, cultura y deporte… y si me apuras de humor.

Pues voy a intentar colársela hablando de cultura, o de educación… y si me apuras de humor.

Hace nada España sufrió uno de los mayores atentados de su historia (no hablo más de él, ya se ha escrito demasiado y, en muchas ocasiones, con demasiada mala leche) y un mozalbete salió por las redes sociales amenazando con invadir España en un castellano claro y conciso. Atiende este animalito al nombre de Yassin Ahram Pérez, alias ‘al Qurtubi’ —el Cordobés—. En España, que somos muy cachondos, empezó a funcionar, no la maquinaria de venganza y guerra (eso no se nos da demasiado bien), sino la del cachondeo; que ahí sí que somos primera potencia mundial. La gente principió  a rastrear al barbudo mequetrefe y no tardó ni tres “clicks” de ratón en averiguar que el nota, en realidad era “El hijo de la Tomasa”: antigua vecina del la localidad cordobesa de  Alcolea. Ahí empezó todo, como diría Piqué: memes a cientos por las redes riéndose del muflón, chistes a docenas… creo que ya sé cual va a ser el disfraz que cree tendencia estos carnavales y espero con ansia las letras de las chirigotas gaditanas.

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He ahí la filosofía (de vida) y la cultura del humor, señores directores. Los latinos, o mediterráneos, o hispanos, funcionamos así. A destacar el humor de los italianos al recibir una amenaza similar a la de nuestro Tomasín. Respondieron con un video demostrándoles que es imposible comer espaguetis con tomate con el burka puesto. Así se las gastan nuestros vecinos.

Que el tema es serio… sí; que nos duelen en el alma las víctimas… también; que nos dan asco esos asesinos… por supuesto.

Ante las amenazas y ante los amenazadores: poner todos los medios necesarios  y, a la vez, descojonarse  todo lo posible de ellos desde los cuatro puntos cardinales. Porque como diría Nietzsche  (que tampoco era Chiquito de la Calzada) «Para matar a conciencia no hay como reírse… lo que mata es la risa, no la cólera”.

No queda ahí el tema, no veas lo bien que nos lo estamos pasando con Trump y con el coreano ese gordito. Igual volamos en mil pedazos… pero deshuevados. Que nos quiten lo bailao, oiga usted.

 

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