Valen Segoviano
Domingo, 27 de agosto.
2ª Jornada del Campeonato de Liga 2017/18.
22,15 horas.
Santiago Bernabéu.
Real Madrid CF VS Valencia CF.
Análisis del evento:
– La velada comenzaba con la presentación por parte del equipo merengue del trofeo de Campeón de la Liga 2016/17 a su afición. – Hasta aquí, todo normal.
– Marcelo y Ramos levantaban la copa y el público rugía y aplaudía a su equipo. – Hasta aquí, todo normal.
– Ronaldo y sus colegas desaparecían por el túnel de vestuarios después del acto, levantando los puños y seguros de que nos iban a patear el trasero. – Hasta aquí, todo normal.
– Mientras ocurría esto, Marcelino estaba sentado en el banquillo y se reía junto a su asistente. – Hasta aquí, todo norm… ¿CÓMO?
Lo dicho, el entrenador del Valencia parecía saber algo que el resto de los terrícolas presentes en el campo desconocían, como si se tratara de un vidente, convencido de que iba a sacar algo positivo de su visita al campo merengue.
Y vaya que lo hizo:
– El partido comenzó con un Valencia sin complejos que le jugaba al Real Madrid de tú a tú.
Sin embargo, un error tonto y tempranero – en el minuto 9 de la primera parte – propiciaba el robo de un balón por parte de Marco Asensio, que se plantaba rápidamente en la frontal del área y marcaba a placer ante un Neto que hacía la estatua.
El delirio se apoderaba de los jugadores blancos, de su afición y también de los comentaristas de las distintas televisiones que retransmitían el partido. «Todos» se lo estaban pasando muy bien. Parecía que se jugaba una final de Europa, que nosotros éramos un equipo de otro país y que Asensio llevaba toda la vida marcando con el equipo merengue (Seguro que Cristiano Ronaldo también se lo estaba pasando muy bien).
– Hasta aquí, todo normal otra vez.
Sin embargo, y de nuevo, Marcelino parecía saber algo que desconocíamos el resto de los mortales, y se levantaba sereno del banquillo para reclamar tranquilidad a los suyos mientras les recordaba que aún quedaba mucho por hacer. ¡Y vaya que si quedaba! En el minuto 17, Kondogbia (que parecía que llevaba años jugando en el Valencia, y que se pasó la noche haciendo toda clase de pases medidos a sus compañeros) le ponía un balón en la punta de la bota a Gayá desde la otra parte del campo; Lato le doblaba por fuera rompiendo a la defensa, recibiendo el pase de su compañero y poniéndola rasita en el área pequeña; y Carlos Soler llegaba con fe y la mandaba al fondo de la red de Keylor Navas.
¡¡GO-LA-ZO!!
Le estábamos plantando cara al Madrid en su casa. Acabábamos de empatarle y, de nuevo, Marcelino parecía seguir sabiendo más cosas que los demás: su celebración era tranquila, sosegada, casi inexistente; como si aquello fuera lo normal, lo que había que hacer; esperando que llegara lo bueno.
Y lo bueno llegó:
– El Madrid apretaba de lo lindo y únicamente el buen trabajo del equipo «blanc-i-negre» junto a la pésima actuación de Benzema (gracias por todo, Karim) evitaban el gol merengue. Sin embargo, el Valencia CF no sólo aguantaba las embestidas del rival, también atacaba. Y así fue como, en el minuto 76 del partido, Gayá le ponía un balón a Rodrigo dentro del área madridista, y éste se giraba para dejárselo retrasado a Kondogbia, que llegaba a la carrera y lo metía rasito y pegadito al palo derecho de Keylor Navas otra vez.
La locura se desataba en la afición valencianista y, por fin, Marcelino salía del banquillo para agitar el brazo, como diciendo: «¿veis como sí se puede?, ¿habéis visto como sí?»
– Lo siguiente fue – ya lo he dicho antes y muchas veces – «lo normal»:
Asensio marcó el 2-2 definitivo.
Las decisiones arbitrales favorecieron al Madrid.
No pitaron penalti a Zaza en la última jugada del partido…
Pero debemos quedarnos con lo otro, con lo que no fue normal, con lo extraordinario:
Y es que fue al Madrid al que el empate le supo a victoria; porque fue el Madrid el que las pasó canutas (en su casa); porque – como si fuera un «Transformer» futbolero – el Valencia CF se convirtió anoche en un gigantesco murciélago que jugó, peleó y «ganó» algo más que un punto.
Algo ha cambiado.
El «MegaMurciélago» ha vuelto para defender el puesto que le corresponde.
¡Que tiemblen los demás equipos!
¡Amunt Valencia!
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