Javier Marín de Vega
Los 142 años de Antonio Machado
El pasado día, 26 de julio, pero de 1875 (cayó en lunes), hace exactamente 142 años, venía al mundo en Sevilla en el Palacio de las Dueñas (propiedad de los Duques de Alba), Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana y de la Santísima Trinidad Machado Ruiz, que pasaría a la historia como Antonio Machado.
Esta retahíla de nombres correspondía en primer lugar a los de su padre Antonio Machado Álvarez, conocido por “Demófilo” (amigo del pueblo) era uno de los primeros investigadores de la cultura popular y del Folk-Lore (del inglés conocimiento del pueblo), que es como se escribía en aquellos tiempos y fue el responsable de unir estas dos palabras en una sola “folclore”, que es la que ha llegado hasta nuestros días. También su abuelo se llamaba Antonio, Antonio Machado Núñez persona culta en extremo, llegando a ser Alcalde y después Gobernador de Sevilla, Catedrático y posteriormente Rector de la Universidad también en la capital hispalense y fiel defensor de las teorías de Darwin en España.
Cipriano viene de su abuela Cipriana Álvarez Durán, esposa de éste último, que provenía de una familia de un alto nivel cultural, fue pintora, escritora y según sus nietos Manuel y Antonio Machado “Una gran conversadora, de admirable carácter lleno de simpatía”, en Llerena donde pasó su infancia, la apodaron “La Mujer de los Cuentos”.
José María y Francisco por los bisabuelos materno y paterno respectivamente y el de Santa Ana, por doble motivo: hoy es el día dedicado a Santa Ana, pero también porque su madre también se llamaba así, Ana Ruiz Hernández, una sevillana por los cuatro costados del barrio de Triana.
Dos días después de su nacimiento es bautizado en la iglesia próxima al palacio, es la parroquia de San Juan Bautista o San Juan de la Palma como también se la conoce, donde se encuentra una de las imágenes más queridas de la Semana Santa sevillana: La Virgen de la Amargura.
¿Por qué llegó a nacer Antonio Machado en un palacio?, Se ha comentado en algunas ocasiones que su padre Antonio Machado Álvarez, abogado, era el administrador de la finca de los Duques de Alba, pero nada más lejos de la realidad. Habían llegado ese mismo año a esta residencia porque el decimoquinto Duque D. Jacobo Luis Fitz-James Stuart se encontraba en el extranjero y tiene alquilado el palacio en apartamentos a varias familias modestas, pero de confianza. Una de éstas eran los Machado Ruiz. La prueba palpable de que estaban recién llegados, es que su hermano mayor Manuel, nacido un año antes, había venido al mundo en el anterior domicilio familiar de San Pedro Martir, nº 20 en la misma capital sevillana.
El niño Antonio Machado jugando y en este idílico entorno palaciego, con jardines, fuentes y además rodeado del culto ambiente familiar, creció entre vecinos dedicados a distintas disciplinas artísticas: pintores, músicos…,allí fue donde los hermanos Machado se fueron formando, que recordaría años más tarde (cuando contaba 33 años) nuestro poeta:
“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.”
(Campos de Castilla-Retrato I)
El caso que no quiere recordar y que le marcó para siempre, fue la muerte de su joven esposa en 1912 Leonor Izquierdo Cuevas, cuando solo contaba 18 años (se habían casado estando Antonio Machado de profesor de francés en el instituto de Soria en 1909).
En este breve tiempo que compartió con Leonor, tiene un poema que siempre que lo leo me conmueve:
“En Santo Domingo,
la misa mayor.
aunque me decían
hereje y masón,
rezando contigo,
¡ cuanta devoción !
(Nuevas canciones, XII)
Después de muchas vicisitudes, con el corazón roto que nunca se repuso de la ausencia de Leonor, después de Soria, paso por Baeza, Segovia, Madrid y el exilio por la guerra civil (ya que era un republicano convencido) en Valencia primero en la Casa de Cultura y después en “Villa Amparo” en la localidad próxima de Rocafort y Barcelona. Pasa a Francia y a 25 kilómetros de la frontera muere a los 63 años, en la localidad de Colliure el día 22 de febrero de 1939 (miércoles de ceniza), donde está enterrado junto a su madre Ana Ruiz, que fallece tres días más tarde, el mismo día que cumplía 85 años.
Una curiosidad es que el día en que nació estaba dedicado a Santa Ana, onomástica de su madre y el día que fallece se conmemora Santa Leonor, el nombre de su esposa.
Antonio Machado fue según D. Miguel de Unamuno “El hombre más descuidado de cuerpo y más limpio de alma de cuantos conozco”
El estar enterrado en tierra extraña se ha creado una polémica: Hay quien quiere que siga enterrado en Francia como símbolo del exilio que sufrieron los republicanos en la guerra civil, otros piensan que donde debiera descansar para siempre es en España, yo solo me atengo a lo que el Poeta dejó escrito:
“Cuando muera, amigos míos,
si vale mi obra un céntimo,
cuando muera amigos míos,
si mi obra vale un entierro,
a la tierra castellana
llevadme, cerca del Duero.”
Hay una referencia curiosa en boca de su “apócrifo” Juan de Mairena:
“Siempre que tengo noticia de la muerte de un poeta, me ocurre pensar: ¡Cuantas veces, por razón de su oficio, habrá mentado a la muerte, sin creer en ella! ¿Y que habrá pensado ahora, al verla salir como figura final de su propia caja de sorpresas?
Actualmente haría 142 años, aunque no podamos disfrutar de su compañía, seguiremos disfrutando del legado que nos dejó, muchos pensamos que D. Antonio Machado está más vivo que nunca.
Para saber más:
Ian Gibson: “Ligero de equipaje”
“Manuel y Antonio Machado, Obras Completas “ – Editorial Plenitud
Miguel Pérez Ferrero: “Vida de Antonio Machado y Manuel”
Monique Alonso: “Antonio Machado, el largo peregrinar hacia el mar”
Javier Marín de Vega
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