Pedro Hermosilla
Todo el que ha llegado a la cima (y cuando digo “cima” no me refiero a ser famoso, rico, y salir en los medios de comunicación-eso sería demasiado frívolo-, sino a vivir una vida plena, feliz y digna de ser vivida y disfrutada) lo ha hecho a través de desarrollar un talento. Digo “desarrollar” porque los talentos vienen de fábrica y basta con regarlos, cuidarlos y dedicarles tiempo para que germinen hasta convertirse en ese árbol que nos da sombra y cobija nuestra existencia.
Nuestros niños los tienen, y basta con observarlos para barruntar hacia qué monte va a tirar la cabra. Cierto es que hay que cumplir con unos programas (inútiles en un porcentaje muy elevado…ya nos ocuparemos de ellos en otra ocasión), darles una cultura general y proporcionarles herramientas útiles para su desarrollo social. ¿Pero cuántos de esos niños van a vivir de tocar la flauta, de analizar sintácticamente oraciones subordinadas adverbiales o de resolver integrales? Ciertamente alguno habrá, pero me temo que pocos. El error está en enfocar esas cosas como fin y no como medio para conseguir cotas más altas en los estudiantes.
Dejen un rato a su aire a un cachorro, observen, y en nada de tiempo descubrirán, padres y maestros, con qué disfruta. No podemos darle una herencia mejor que hacer de ese disfrute una manera de vivir. En un principio todos querrán ser futbolistas, cantantes, millonarios, actores y actrices…etc. Bien, eso es lo que se dice, pero los actos reflejan la verdad mucho más que las palabras. Hay comerciales en potencia, gente que se dedicará al deporte, lectores, escritores,músicos, dependientes, ebanistas, financieros, maestros, curiosos por lo tanto científicos…
¿Qué podemos hacer nosotros desde casa o desde los coles? El que dé con la tecla hará feliz a mucha gente. Podríamos empezar por hacer el experimento con nosotros mismos (en casa y con gaseosa), aunque nosotros ya tenemos un remedio más complicado: visualicemos dónde y de qué manera queremos estar dentro de diez años, por ejemplo, y pongámonos manos a la obra. La mejor lección es el ejemplo.
P.S.: Habrá gente que diga que lo que quiere es quedarse como está. Falso, no lo conseguirá porque, aunque no queramos darnos cuenta, todo está cambiando constantemente; incluso para quedarse como está va a tener que moverse.
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