Tribunales, política, sociedad

Susana Gisbert

Tal vez alguien se ande frotando las manos al leer este título pensando que voy a desvelar algún dato escabroso, con lo revuelto que anda el patio. Incluso puede que haya quien tema o anhele eso de que hablan tanto ahora: filtraciones. Pero desconecten las alarmas, que no hay nada de eso. No está la cosa como para echar brasas al fuego.

De lo que me disponía hablar es de un tema muy relacionado con todo ello. Los periódicos, ni más ni menos. Y con ellos, todo lo que traen consigo, vía redes sociales y hasta tertulias de café. Porque hoy con dos dedos y un móvil cualquiera está en disposición de opinar y difundir su opinión, Otra cosa es a quién interese, si interesa.

Ya he dicho otras veces que tengo la mala costumbre de leer periódicos y ver informativos. Un vicio que si me quitara me ahorraría más de un disgusto, pero una es así. A pesar de que cada vez se vuelve más difícil este aparentemente fácil ejercicio.

¿Qué por qué digo eso? Pues, ni más ni menos, porque nos han quitado el GPS que nos conducía en su lectura, casi sin darnos cuenta. Hasta no hace mucho tiempo, una cogía un periódico –o su versión digital-, consultaba la sección que le interesaba y podía saltarse las otras sin problema. Pero ahora no. Ahora la realidad nos lo pone complicado.

Así que una está leyendo las noticias que aparecen encuadradas bajo el epígrafe de “tribunales” y parece que se ha saltado varias páginas y ha aterrizado en la de “política”. Partidos, guerras de poder, amistades peligrosas, relaciones, cruces de declaraciones, enfrentamientos. Poco que ver con juicios y togas.

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Y al contrario. Pretende leer sobre “política” y es ahí donde aparecen juicios, detenidos, delitos, denuncias y litigios varios. Y casi más fotos de pasillos de juzgados que de asambleas y parlamentos.

Y esto no es todo. Quien tiene interés en los deportes, puede encontrarse sumido en un mar de cotilleos sobre novias, novios, modelitos y saraos que son más propios de las páginas de sociedad. Y una tendencia que además impregna otras secciones, que no se cortan en meter en mitad de una crónica política una referencia al vestuario de su protagonista o a lo adecuado de su peinado.

De otra parte, los llamados “sucesos” adelgazan, puesto que suceden –dicho sea con toda la intención- tantas cosas en las otras secciones que es difícil encontrar material para llenar estas páginas. Habida cuenta, además, que hace ya tiempo que dejaron de recogerse ahí los otrora llamados crímenes pasionales y que no son otra cosa que la maldita violencia de género. En este caso, una decisión tan justa como acertada.

Si a todo lo anterior unimos que cuestiones encuadradas dentro de páginas de “tecnología” o similares han dejado de ser un paraíso friki para convertirse en cuestiones de interés general, el panorama se complica aún más. Buena muestra de ello hemos tenido esta semana en que un ciberataque ha dejado colgadas a empresas y servicios públicos en España y gran parte del planeta.

Por todo ello, a partir de ahora, habrá que acompañar a la lectura del periódico un navegador, que eso de bucear por las secciones ya no es lo que era. Y quizás sustituir al café por una tila o algo más fuerte, porque no damos para sustos. ¿o no?.

@gisb_sus

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