Opinión

Montón, la Sanidad que mata

Manuel Huerta

De las muchas decisiones indignantes, regresistas y anti sociales que toman los gobernantes actuales de la Comunidad Valenciana, únicamente basadas en deshacer todo aquello que hizo el anterior gobierno, independientemente de su conveniencia para los ciudadanos, las de la consellera Carmen Montón cobran una dimensión dramática, especialmente la de su intento de cargarse el IVO.

Es indudable que la investigación contra el cáncer avanza a una velocidad esperanzadora y cada informe nuevo que se publica desde cualquier parte del mundo, también en España, aumenta en algunos pacientes, nuevas expectativas de recuperación. En poco más de una década, por ejemplo, se han reducido en diez o doce puntos porcentuales los casos de fallecimiento en el de mama.

También se ha avanzado considerablemente en pocos años en la eficacia de los tratamientos y en la precisión de la aparatología utilizada, pero sobre todo, en la especialización médica, cada vez más preparada, más sensible e involucrada en el bienestar y la curación del paciente. Pero esto no ocurre en todos los hospitales. Por eso son necesarios los centros especializados.

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Montón debe entender la asociación entre la palabra cáncer y la palabra muerte, entre las palabras esperanza y desolación, entre la de excelencia médica y la de cubrir el expediente, entre la palabra vida y la palabra política. Cuándo a una persona se le diagnostica cáncer se deben dedicar todos los recursos, todos, e implementarlos con aquellos que existan y de los que no se dispongan, al coste que sea. Es la salud, es lo primero.

Este gobierno valenciano, de niñatos, inmaduro y absurdo, que confunde progreso y bienestar con riquezas y desigualdades producidas por el capitalismo que les ha formado, en su cruzada desde enero contra el Instituto Valenciano de Oncología, ha dejado de derivar el 40 por ciento de pacientes con cáncer, ha dejado de abonar 20 millones de euros al centro médico y pretende que los hospitales públicos, sin infraestructura, equipamiento y personal, se hagan cargo de los enfermos.

Se encargan además, con filtraciones interesadas y notas de prensa patéticas, medias verdades y mentiras, de confundir a los medios e incluso a los profesionales médicos. Mientras la doctora Ana Lluch reclama tranquilidad y normalidad con la medida de Montón sobre el IVO, los directores de los hospitales públicos insisten en su incapacidad técnica y de personal para atender a los pacientes. Mientras, la consellera deniega la derivación de enfermos, incluso desde el Hospital General de Valencia.

Se trata de una contradicción más del propagandístico eslogan de «primero las personas»: ¡mentira, Oltra, mentira!. Si tienes cáncer y no tienes dinero, en la Comunidad Valenciana puede que te mueras. Esa es la política a la que estamos expuestos en materia de Sanidad en este momento todos los valencianos y todos los que no lo son pero tienen tarjeta de Salud de la consellería al efecto.

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