Juan E. Daroqui / ECONOMISTA
Allá por 2009 Mariano Fernández Bermejo, entonces ministro de justicia del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, dimitió por haber asistido a una cacería en la que también estaba, entre otras muchas personas, el entonces juez Baltasar Garzón que también entonces estaba instruyendo sumarios sobre la corrupción en el PP.
Es evidente que no era de recibo que un ministro socialista compartiera sus ratos de ocio con un juez que estaba poniendo en aprietos al PP por casos de corrupción. Lo normal era que dimitiera, como así fue.
En 2012 Baltasar Garzón fue “dimitido” de la judicatura.
El actual ministro de justicia Rafael Catalá no se va ni con agua hirviendo. Da igual que se vaya a celebrar cumpleaños de condenados por fraude fiscal, da igual que se reuniera con el expresidente de Murcia un día antes de que lo imputaran y que le contara cosas que no debería saber, da igual que el encarcelado I. González supiera seis meses antes de su nombramiento quien iba a ser el fiscal jefe anticorrupción, da igual el SMS que le envió a Nacho González, da igual que en lugar de ministro de justicia parezca el abogado defensor del PP, todo da igual, no se va, ni lo tiran, claro.
Por cierto, vaya papelón el del fiscal jefe anticorrupción. Otro que ya debería haberse ido.
¿Qué ha hecho la justicia para que la traten así? ¿Ir contra la corrupción?, pues ¡faltaría más!
Da bastante bochorno leer las conversaciones grabadas a todos estos que están entrando en la cárcel. Da asquito leer como intentan manipular a jueces y fiscales para librarse de ellos. Da vergüenza oír cómo quieren que un juez se vaya “a tomar por culo a Onteniente”, con lo bonito que es Onteniente y los buenos embutidos que hacen allí. Pero no pasa nada.
Pero si uno no dimite de ninguna manera, tenemos una que ha dimitido tres veces, de momento, y lo más curioso es que las dos últimas dimisiones han sido por mismo motivo. Es de locos ¿no? Que el mismo motivo te sirva para dimitir dos veces es algo que no se había visto nunca, pero igual seguimos viendo lo nunca visto y la dimisionaria, dentro de un tiempo, vuelve a ocupar otro cargo público para poder volver a dimitir por cuarta vez, y por lo mismo que las dos veces anteriores.
¿Qué nos quedará por ver?
@Rutiguer_JED
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