Viernes Santo, día grande de la Semana Santa Marinera

Una celebración única en España, con el Mediterráneo como testigo

MH.- El encuentro de los Cristos del Salvador (patrón del Cabanyal) y del Salvador y del Amparo marcan el inicio del Viernes Santo de la Semana Santa en Valencia, en donde el calificativo de Marinera adquiere todo su esplendor. Es lógico pues que en el programa de actos se tenga un recuerdo para quienes fallecieron en el mar. Una corona, una oración, un recuerdo…

Temprano por la mañana se cumple una tradición cada vez más arraigada en el programa de actos, el encuentro de los Cristos del Salvador y del Salvador y del Amparo, momento que cada vez reúne a más fieles. Tras el Encuentro, ambas imágenes, en horario distinto, se desplazarán hasta la orilla de la playa donde se pronunciará una oración por cuantos han fallecido en el mar. La Hermandad del Cristo de Medinaceli rendirá el mismo homenaje, el Domingo de Resurrección, en aguas del puerto.

Cristo del Salvador en la playa/Arch

Las imágenes de los Cristos son portadas sobre el pecho de sus fieles, estampa que dió lugar a un famoso artículo de Martín Dominguez, titulado “Las mejores andas del mundo”.

Seguidamente las calles se llenarán de la representación de las diferentes estaciones del Via Crucis, entre las cuales goza de mayor audiencia las del Encuentro de la Madre con su Hijo y la del Encuentro de Jesucristo con la Verónica.

Al anochecer, tendrá lugar la Procesión del Santo Entierro, momento cumbre de las celebraciones de la Semana Santa Marinera de Valencia. Antes se celebraba una procesión en cada parroquia. Desde el año 1930 se organiza conjuntamente.

En la Plaza de Vallivana, inmediata a la de los Ángeles, se congregan imágenes, hermandades, personajes bíblicos, clavariesas, músicos, mezclados con el público y los familiares que hasta allí se acercan para retocar el traje u ofrecer el último bocado reparador…

Lentamente se va componiendo la procesión, catequesis plástica, ordenada, íntima, emotiva, constituyendo el acto colectivo más importante de la Semana Santa Marinera de Valencia.

Cuando en la medianoche del Sábado, llega la Resurrección, una explosión de alegría mediterránea se apodera de todo el Marítimo. Por doquier se expulsa lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Desde los balcones se lanzan a la calle platos, cazuelas o, simplemente, agua. Hay que protegerse. Las tracas llenan de ruido y aroma a pólvora las calles. En las casas donde están las imágenes, los colores oscuros se cambian por el blanco. La tristeza desaparece, el Marítimo se impregna de la alegría de la Resurrección.

Ya en la mañana del Domingo de Resurrección, Jesucristo se encontrará con su Santa Madre. Es un momento de intensa emoción. Representado por personajes bíblicos o expresado mediante zarandeos de las andas, el acto condensa la alegría de la Resurrección. El sencillo acto queda rubricado por el ruido de tracas, la suelta de palomas y el lanzamiento de flores, convirtiendo el conjunto en un acto de gran emotividad y belleza.

A continuación tiene lugar el Comulgar de Impedidos. Se llamó la Procesión de las Luces, aludiendo a los cirios que los marineros portaban para acompañar al Santísimo Sacramento hasta las casas donde vivían enfermos o impedidos que no podían desplazarse hasta la parroquia para recibir la Sagrada Forma. Es hermoso que la Semana Santa Marinera se acuerde de los que, por invalidez o enfermedad, no han podido acudir a las procesiones.

El colofón de las celebraciones lo constituye el Desfile de Resurrección. Se celebró por vez primera en el año 1928. Todas las cofradías, corporaciones y hermandades recorren el itinerario del Santo Entierro, pero esta vez para anunciar que Jesucristo ha resucitado, mediante una explosión de color y alegría. El rostro descubierto, el negro de los atuendos se ha cambiado por el blanco y los personajes bíblicos lanzan al público flores.

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