Triunfo para Ginés Marín y flojísimo ganado de Juan Pedro Domecq

De los seis astados solo tres pudieron ser lidiados, aunque con escasa bravura

LA.- Una manada de antitaurinos aullando y otros diez en la puerta de servicio de la misma plaza que tuvieron la «valentía» de agredir a un repartidor de prensa taurina que intentaba acceder al edificio para desempeñar su trabajo. Todo ello permitido por la Delegación del Gobierno. Dentro de la plaza, cerca de 10.000 personas. Algún día habrá que parar semejante escena antes de que ocurra una desgracia.

La corrida de Domecq presentó toros bajo mínimos de fuerzas, devueltos los dos primeros a corrales, una vez los picadores habían salido de la arena. Valencia merece un palco con criterio si quiere mantener su supuesta categoría, y toros dignos si se pretende mantener la afición.

Y un año más, en la única corrida que torea en Fallas, Enrique Ponce se encuentra con toros inservibles. De nada sirve su esfuerzo ni el cariño de sus paisanos. El primero salió renqueante de chiqueros y que fue devuelto por inválido. En su lugar salió un sobrero de la misma ganadería de 646 kilos que también se derrumba. Ni siquiera el Maestro logra que ese tronco sirva para algo. Ponce llevó a cabo una faena muy medida tras comprobar la escasa transmisión de sus embestidas. Tampoco tuvo mejor suerte con el mulo que lidió en segundo lugar a pesar de su insistencia en sacar provecho de lo que era pura utopía.

Cayetano Rivera en su segundo de la tarde

También fue devuelto el cojitranco que salió en segundo lugar después de que Cayetano Rivera lo hubiese recibido a portagayola. Lo sustituyó uno de Vegahermosa sin trapío y protestón que pronto desarrolló sentido. El torero madrileño pronto abrevió tras comprobar la evidente imposibilidad de lucimiento. Pero salió el quinto y por segundo año consecutivo Cayetano convenció en Fallas con una faena grande. La había empezado con una primera serie en redondo de rodillas para seguir con toreo puro, sincero y entregado, hasta por momentos abandonado. Tandas ligadas sin enmienda, asentado de zapatillas, firme de plantas. Pocas concesiones a la galería y valor sereno. Se tiró a matar en rectitud, con mucha verdad, y la estocada quedó ligeramente desprendida y delantera. Sólo eso le privó de conseguir la dos orejas.

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Ginés Marín pisó el albero con seguridad impropia de alguien de tan solo 19 años. Dio a sus antagonistas los tiempos que requerían y supo llenar plaza siempre, aún cuando no estaba en la cara de los toros.  Su primera faena fue una mezcla de autoridad e inspiración. Hubo toreo templado y también remates preciosistas. Ligazón y pellizco. Olés y oooh… certera estocada y petición de la segunda oreja que fue insuficiente. Tuvo que esforzarse mucho más frente al que cerraba la tarde, un astado que le costaba desplazarse y que protestaba en cada embroque. Ginés provocó sus embestidas con autoridad y tragó en los momentos comprometidos consiguiendo mantener la atención del respetable. Aguantó lo indecible en las bernardinas finales, lo que unido a la estocada final acabó por poner a todos de acuerdo en la concesión del trofeo que le hacía falta para abrir la puerta grande.

Datos de la corrida

PLAZA DE TOROS DE VALENCIA. Sábado, 18 de marzo de 2017. Octava corrida. Lleno. Toros de Juan Pedro Domecq (incluido 1º bis) y Parladé (6º), se dejan 3º, 5º y 6º; 1º bis y 4º, inválidos. Un sobrero de Vegahermosa (2º bis), complicado

ENRIQUE PONCE, de azul oscuro y oro. Media estocada y descabello (saludos). En el cuarto, estocada (palmas).

CAYETANO RIVERA, de añil y azabache. Estocada trasera y dos descabellos (silencio). En el quinto, estocada caída. Aviso (oreja).

GINÉS MARÍN, de naranja y oro. Estocada. Aviso (oreja). En el sexto, estocada (oreja). Salió a hombros por la puerta grande.

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