La humilde coma

Pedro H. Pineda / EL ARTE DE ESCRIBIR

En las oraciones elípticas hay que poner coma en el lugar del verbo omitido.

Queridos amigos:

Perdonad que de vez en cuando, “de higos a brevas”, os recuerde alguna de las normas básicas de nuestro lenguaje. No porque piense que estáis necesitados de su estudio, sino porque siempre es bueno recordar lo aprendido para reforzar nuestros conocimientos y, en más de una ocasión, para corregir los errores que se nos han acumulado, sin darnos cuenta, en nuestra manera y modo de redactar.

La coma.

Según Amado Alonso y Henríquez Ureña, la coma tiene dos usos principales:

-1 Separar elementos análogos de una serie, sean palabras, frases
u oraciones.

EJEMPLOS:
Ufano, alegre, altivo, enamorado.
Ni tú lo crees, ni yo lo creo, ni nadie lo cree.

-2 Separar elementos que tienen carácter incidental dentro de la
oración:

EJEMPLOS:
Buenos Aires, la capital, es una ciudad muy populosa.
Él, entonces, se detuvo.
Yo, si me lo proponen, lo acepto.

Obsérvese que se hubiera podido decir, en los ejemplos anteriores:

«Buenos Aires es una ciudad populosa»; «Él se detuvo»: «Yo lo acepto».

Se han añadido aquellas palabras, frases u oraciones explicativas (subrayadas en los ejemplos), que, suprimidas, no alterarían el sentido de la oración.

EJEMPLOS:
Colón, que era genovés, descubrió el Nuevo Mundo.
Napoleón acabó sus días, me parece, en la isla de Santa Elena.

NOTA. – A veces, cuando el sujeto de la oración es muy largo, se separa con una coma de los otros elementos constitutivos de la oración –verbo y complemento- para aclarar una construcción que puede resultar confusa.

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Así: « El tener que huir de enemigos que atentan contra la propia vida, debe de ser muy desagradable».

Es imprescindible el uso de la coma después del vocativo. Así, no tiene el mismo sentido decir: « Juan entra en seguida»-aquí afirmamos que Juan entra-, que escribir:« Juan, entra en seguida». En este caso llamamos a Juan –vocativo– diciéndole que entre.

Es interesante aclarar el uso de los términos explicativo y determinativo. No es lo mismo escribir: “El piloto mareado no pudo dominar el avión», que «El piloto, mareado, no pudo dominar el avión». En el primer caso determinamos cuál era el piloto que no pudo dominar el avión, decimos cuál de los pilotos era. En el segundo caso explicamos, con un inciso, entre comas, que el piloto no pudo dominar el avión porque estaba mareado.

Lo mismo puede decirse de una oración, según sea subordinada explicativa o determinativa. En el primer caso -oración incidental- irá entre comas; en el segundo, no.

EJEMPLOS:
Los niños, que estaban en el patio, echaron a correr.

En este caso, la expresión «que estaban en el patio» es un inciso explicativo que nos dice dónde estaban los niños que echaron a correr. Es oración incidental y va entre comas.

En cambio, si escribimos: «Los niños que estaban en el patio echaron a correr», se determina o afirma que solamente echaron a correr los niños que estaban en el patio. Es una precisión, no una explicación.

No es, pues, oración incidental y por eso va sin comas.

En las oraciones elípticas hay que poner coma en el lugar del verbo omitido.

EJEMPLOS:
Manuel era simpático; Pedro, antipático.

Se ha omitido el verbo «era» en Ia segunda oración, lo cual se indica mediante una coma.

A veces se usa la coma para separar oraciones enlazadas por la conjunción «y», en los casos en que pudiera haber confusión.

EJEMPLO:
A Pedro le gustaba el trabajo, y el ocio lo consideraba absurdo.

En este caso, se ha puesto una coma para precisar el sentido; sin ese signo, parecería que «A Pedro le gustaba el trabajo y el ocio».

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