Miles de comentarios en las redes sociales contra la decisión del Valencia de no renovar el contrato de uno de los símbolos más importantes de la entidad
M.Huerta.- El señor Peter Lim sigue empeñado en acumular desafectos en Valencia. A la peor situación deportiva del club en 30 años, a la desafección y la indiferencia de muchos aficionados que abandonan las gradas de Mestalla a falta de 25 minutos para el final de un partido, a la lastimosa imagen de muchos de los fichajes que ha incorporado en los últimos meses y a su pulso firme por mantener la evolución económica de la entidad por encima del proyecto deportivo, ahora añade el despido del que para la inmensa mayoría de valencianistas es el mejor jugador de la historia del Valencia, símbolo del sentimiento y la historia del club.
Según argumenta el Valencia, la decisión de no renovar el contrato de Mario Alberto Kempes se basa en la supuesta ineficacia del cargo, por vivir en Estados Unidos, donde desarrolla su labor profesional como comentarista televisivo de la cadena ESPN.
La realidad parece ser otra. El propietario se habría hartado de las críticas del «embajador» internacional, que, por otro lado, es uno de los más autorizados para realizarlas. Un error tan inmenso como la figura de Kempes en Valencia y a nivel mundial. Porque además, el exfutbolista ya ha respondido: «Continuaré con mi corazón en el equipo, mis sentimientos para el club no cambiarán pero seguiré dando mis opiniones sobre lo que desde mi punto de vista no sea correcto. Amunt». Y al no sentir una vinculación directa vía cargo de representación, cabe esperar que sus verdades resulten todavía más contundentes.
Mientras continúe con el concepto puro y duro, frío, de que al Valencia CF hay que gestionarlo como una de sus empresas o como uno de los clubes ingleses que tanto conoce, Lim no va a parar de equivocarse. Pero lo peor es que tampoco va a ser capaz de devolver al equipo al nivel deportivo que por historia y prestigio merece. Debe entender Peter Lim que en España el fútbol es mucho más que los resultados de un balance anual, para lo que además los organismos competentes ya disponen de los mecanismos adecuados. Lim ha de sustituir meditación por pasión, moderación por satisfacción, contención por ilusión. De lo contrario, como está sucediendo, poco a poco, día a día, vacía de sentido la afición por unos colores y terminará por quedarse solo y pasándole una factura incalculable de prestigio a nivel internacional la destrucción de algo tan querido por tantos, aunque tan mal entendido para él.
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