Pedro Hermosilla / Luis García del Real
(Timo leyendo el periódico, acodado en la barra mientras Nicanor seca con un paño los platillos, vasos y tazas recién sacados del lavavajillas; Teo ensimismado en el movimiento circular de su cucharilla en el carajillo. Silencio).
-Timo: El alcalde Ribó ha prohibido que toquen las campanas de San Nicolás…
-Teo: No me jodas, ¿y eso por qué?
-Timo: Parece ser que un nota se ha quejado de que le molesta su volumen y ha cursado una denuncia.
Aquí pone (señalando la noticia en el diario) que llevan tocando desde el siglo XIII y, al parecer, a nadie le había molestado en ocho siglos…
-Teo: ¿Y qué se pretende? ¿Que las campanas tañen en voz baja?
-Timo (leyendo): Pues algo así…dice el ayuntamiento que incumplen la “Ley de contaminación acústica”.
-Teo: Nos ha jodido, pues claro, como las sirenas de la policía, las ambulancias, las mascletás y los castillos pirotécnicos de la Alameda. ¿Y qué? ¿Eso también los va a prohibir Ribó si algún vecino dice que le molesta el ruido?¿ Van a meter petardos con silenciador? ¿Van a poner a las bandas de música valencianas sordinas en sus cornetas, clarinetes y saxofones? ,¿Van a acolchar los platillos y los bombos?
¿Los conductores de las ambulancias tendrán que silbar y sacar un pañuelo blanco por la ventanilla?
-Timo: Pues le ha llegado un requerimiento al párroco que tiene quince días para arreglar las campañas o lo empapelan. Lo tienen acojonaíto. Cada vez estoy más convencido de que en este país se vota a unos o a otros con la santísima intención de tocarle las pelotas a los del “otro bando” y no por las políticas que proponen. Se vota siempre “a la contra”, no elegimos representantes sino que nos dedicamos a echar a los que hay. Pasó con Felipe, con Aznar y con Zapatero y pasará con Mariano…y a nivel local la misma cantinela. Ahora se trata de tocarles “las campanas” a los curas para regocijo del personal. Sublime.
-Teo: Sabes que yo ni soy de iglesias, ni de curas, ni de nada de eso…pero leche, ¿Cómo se puede pretender que las campanas de una iglesia, o de un reloj municipal (da lo mismo) toquen flojito? A este paso nos tendremos que comer las uvas en Nochevieja con un señor encaramado al balcón del ayuntamiento contando las campanadas con los dedos, bueno dos…que son doce: uno podría ser Ribó y el otro el campanófobo…
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