Runrun

Juan E. Daroqui / ECONOMISTA

No es que hay oído un rumor que hay por ahí ni nada de eso, es por el verbo inglés To Run, o sea correr.

Y lo que toda la vida ha sido un corredor, ahora se ha convertido en un runner que es mucho más fashion. Igual dentro de nada los que andan serán walkers (como Johnnie), o los que juegan serán players (también como John) o los que saltan serán jumpers (como Jolly). Ser un corredor no está bien visto, ser un runner mola.

Y al igual que la esquizofrenia, eso de correr se ha expandido como una plaga y te encuentras por todas partes a personas corriendo, jóvenes y mayores, a buen ritmo o con un trote cochinero que andando les adelantas, con cara de disfrutar y con cara de sufrir mucho. Eso sí, todos con sus auriculares puestos.

Y hay quien incluso va animándonos a que sigamos la moda y nos pongamos a correr. A mí me han dicho ¿no te animas?.

Pues yo no, lo siento, yo no tengo prisa y además siempre se ha dicho que correr es de cobardes. A mí no me gusta correr, me aburre. En mis tiempos mozos, cuando jugaba al balonmano, lo que menos me gustaba de los entrenamientos eran los primeros quince minutos de carrera continua para calentar. También me pasé tres meses en Toledo, corriendo ocho kilómetros todos los días para poder aprobar la prueba final de IMEC, y lo pasaba muy mal. No me gusta correr y menos correr mucho rato.

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Y luego está lo de la maratón. Gran éxito el domingo pasado tuvo la de aquí, la de Valencia, con unos 19.000 runners inscritos, ¡qué barbaridad!, que echaron a correr desde las 8:30 de la mañana hasta no sé qué hora pero más de las 13:30.

La dichosa maratón me tuvo encerrado en mi casa hasta las once, sin poder sacar el coche ya que estaba rodeado de calles cortadas. Y no solo el tráfico privado estaba prohibido, el transporte público de superficie también. No sé cuántas líneas de la EMT tampoco funcionaron durante unas cuantas horas.

Por fin conseguí llevar a la feria unas cajas que hacían falta para un evento (gastrónoma), pues a la vuelta, pasadas las 13:30, aún me pilló el atasco porque quedaban runners que en lugar de running hacían walking, vamos, que como no podían con su alma andaban como alma en pena. Y también le pilló el atasco a una ambulancia con la sirena puesta que, como no podía volar, tuvo que esperar como todos a que se pudiera generar un hueco por donde pasar. Espero que el paciente sobreviviera, porque si no que poca gracia le haría la maratón.

Correr 42 km 195 m no es saludable para la gente normal, por eso, una persona que estaba en la llegada (trabajando) me comentaba que el 80% de los que pasaban por la meta vomitaba, y que tenían que atender en las camillas a unos tantos o a más y que Reflex estará encantada con el acontecimiento por la innumerable cantidad de envases que se gastaron. Me cuentan que entre el sudor, los vómitos y el Reflex allí no se podía respirar.

Seguro que si Filípides hubiera tenido un caballo, un carro, una bici, un coche o cualquier otro medio de locomoción, no se hubiera pegado la carrera desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre los persas y después morirse del agotamiento (la verdadera historia no es esa, ya lo sé).

Un caballo podría haber cambiado la historia del running, y haberme evitado algún cabreo.
@Rutiguer_JED

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