Pedro Hermosilla
Tengo una vecina que vive justo encima de mí que no falla una. Le preguntas de lo que sea y ella lo clava, es como mi “Pulpo Paul” particular, y además es mucho más simpática y guapetona a casi sus ochenta años. Yo, que no soy tan malo como me pintan, la espero los sábados a media mañana asomado a mi ventana a que venga de hacer sus compras y bajo como una centella para echarle una mano con las bolsas.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y el Tajo por Toledo, le hago mi encuesta particular sobre los próximos acontecimientos de orden mundial, nacional, local o vecinal con la seguridad de que va a dar en el clavo por muy extraño que parezca.
La semana pasada le pregunté a Ramona que quién creía que iba a ganar las elecciones americanas: Donald Trump o Hillary Clinton. Ella resoplando en el ascensor y mirando hacia arriba como convocando a los espíritus dijo muy segura de lo que estaba haciendo.
-“Conan Tras… Conan Tras le come la tostada al Tifanis Dingdong ese. Seguro”.
Átenme esa mosca ramonera por el rabo, grandes corporaciones de encuestas y de demoscopia de “cienes y cienes” (como diría ella) de millones de dólares de presupuesto. Ni uno, ni uno es tan grande ni tan certero como mi Ramona.
Y ahora nos quieren hacer creer que saben que si a Trump lo han votado los blancos , o los negros,o los hispanos (como si se parecieran en algo un salvadoreño a un argentino, o un dominicano a un uruguayo), los jóvenes o los viejos, los de más o menos estudios, los católicos, los musulmanes, los evangelistas o los anglicanos. Un jamón que “sus” comáis, yo solo creo en mi Ramona.
Y es gratis.
@pherza71
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