Pedro Hermosilla / MALDITAS, BENDITAS PALABRAS
Como una gota de mi sangre eras:
tan roja, tan brillante, tan salada;
torrente por mis venas escarpadas,
tan vital como el corazón que riegas.
Corazón que riegas… no, que regabas,
pues saltaste de mi cuerpo por la herida:
un fuego artificial de hemoglobina,
como una explosión carmesí saltabas.
Loading...
Tú te fuiste y me dejaste la herida,
la epidermis de mi alma hecha trizas:
ajada, hecha un siete, descosida.
Pasa el tiempo pero no cicatrizas,
Esta brecha no acepta tu partida.
Tu ausencia en mis recuerdos cristaliza.
Agregar comentario