Este miércoles es el Día Mundial contra el cáncer de mama / En España se diagnostican 26.000 nuevos casos al año
La lactancia materna es un seguro de vida para el hijo y una fuerte protección frente al cáncer de mama si se mantiene durante tiempo prolongado. Ser madre antes de los 35 años también reduce el riesgo.
Es uno de los consejos más habituales en los hábitos a adquirir para prevenir el cáncer de mama. Además, hay que limitar en mucho el tiempo que se permanece sentado. El ejercicio físico puede ser el mejor aliado, tanto para sortear la enfermedad como para luchar contra ella cuando ya se ha instalado.
Los efectos positivos de la actividad física se conocen bien en las pacientes de cáncer de mama, porque mejora tanto la supervivencia como su calidad de vida. “A mis pacientes lo primero que les digo es que se compren unas zapatillas deportivas cuando llegan a mi consulta”, aseguraba Laura García Estévez, coordinadora de la Unidad de Mama del Centro Integral Clara Campal de Madrid.
Esta oncóloga quiere demostrar que la quimioterapia si se combina con ejercicio físico mejora sus resultados. Se trata de un ensayo en 20 pacientes con tumores agresivos de mama, en el que diez de sus pacientes reciben solo medicación y el resto además realiza ejercicio aeróbico tres veces por semana, bajo la supervisión de un entrenador personal.
Otro hábito fundamental en la prevención es la alimentación. Se trata de abusar de los alimentos anticancerígenos. El brócoli, el aceite de oliva virgen extra, el té verde, el ajo, el curry… son alimentos que en mayor o menor medida contienen efectos antitumorales. “Sin embargo, la cantidad necesaria de estas sustancias, la forma de cocinar el alimento para que no pierdan sus propiedades, los efectos “in vivo”… son aspectos aún por conocer”, asegura Camilo Silva, especialista en Endocrinología de la Clínica de la Universidad de Navarra. Silva prefiere hablar de estilos de vida más o menos saludables, más que de “superalimentos”.
Cabe recrodar que se debe mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico y dejar hábitos tóxicos como fumar o exponerse al sol sin protección. Tampoco existe una dieta “anticáncer” que sirva para todos. Hasta el momento, el aceite de oliva virgen extra es el alimento que acumula más evidencia científica en cuanto a su papel protector, al menos para el cáncer de mama. En el estudio Predimed, con miles de mujeres españolas, se ha demostrado que las mujeres que consumen una media de cuatro cucharadas soperas de este oro líquido al día reducen hasta dos tercios su riesgo de desarrollar un tumor en el pecho.
Asimismo es aconsejable reducir o incluso eliminar por completo el consumo de alcohol. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera seguro ningún tipo de consumo y en la misma línea se acaba de pronunciar el Reino Unido. La bebida está ligada con hasta siete tipos de tumores: boca, laringe, faringe, esófago, hígado, mama y colon.
Y por supuesto, el tabaco. El humo del cigarrillo contiene más de 4.000 sustancias químicas. De ellas, más de 50 son carcinógenas, como los alquitranes utilizados para asfaltar carreteras, el tolueno o el arsénico, un veneno conocido. Mantenga su casa libre de humo de tabaco para evitar la exposición del resto de sus familiares.
Todos estos consejos está recogidos con motivo de este día, por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GECAM) que ha lanzado la campaña ‘Pequeños cambios, grandes logros’, una iniciativa que busca concienciar sobre la importancia de mantener hábitos de vida saludables en la lucha y prevención del cáncer de mama.
Mamografías y financiación
Con motivo del Día Mundial contra el cáncer de mama, sociaciones de pacientes, médicos e investigadores han pedido que el sistema de salud público ofrezca atención universal y gratuita, apoyo a la investigación desde el sector público y privado, mejor coordinación entre las comunidades autónomas en cuanto a los registros de pacientes y acceso a los tratamientos más caros independientemente de los recursos o comunidad en la que vive cada paciente.
Además, se pronunciaron en contra de la recomendación de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) de hacer mamografías a los 35 años. «No hay base científica», aseguró Miguel Martín, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). «Las mamas son muy densas y no está claro que sirva para aumentar la supervivencia del cáncer de mama». Aunque sí reconoció que la recomendación puede servir para concienciar a las mujeres sobre la importancia de la vigilancia.
El encuentro tuvo como denominador común de todos los ponentes la defensa de un sistema público de salud que sea capaz de dar una atención integral y personalizada a los pacientes. «Defendemos una cartera de servicios única porque vemos muchas desigualdades sobre todo en el caso de los tratamientos innovadores, que son estupendos pero muy caros», señaló Montserrat Domènech, presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), que también reclamó apoyo a la investigación ya que, a su juicio, «es el medio para obtener los mejores pronósticos y un mayor índice de superviviencia».
Martín insistió en la necesidad de que el sistema de salud pública responda a las necesidades de los pacientes. «El número de casos acumulados en 5 años es de 100.000 y esto supone un gran esfuerzo de la atención sanitaria. Este sistema debe mejorar de modo que las pacientes sean atendidas por un grupo interdisciplinar y que no sea un único profesional el que tome la decisión del diagnóstico».
Martín también recordó que si bien en un 80% de los casos la enfermedad se cura, hay que prestar especial atención a estas pacientes que necesitan seguimiento. Sobre todo de las llamadas «largas supervivientes», por lo que los oncólogos proponen implicar a la atención primaria.
Más financiación
«La financiación es una necesidad no cubierta y ahora buscamos también mecenazgo privado, pero esperamos cambios legislativos para que se consiga apoyo en este sentido», señaló Agusti Barnadas, vicepresidente del grupo de investigación Geicam.
Más recursos pidió también Eva María Ciruelos, presidenta del grupo de investigación SOLTI que también destacó la necesidad de la formación de los pacientes. «Es importante que puedan opinar y podamos conocer sus dudas e inquietudes».
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