El final del cauce del río presenta una imagen deplorable, lleno de insectos y malos olores para los vecinos
La imagen que encuentra si camina por el final del cauce del río dista mucho de la que se espera de una ciudad como Valencia: peces muertos junto a montones de toallitas higiénicas y una tubería rota de la que brota agua que acaba mezclándose con vertidos de distinta índole y aspecto igualmente desagradable. Esa es la imagen que se encontraban el pasado domingo valencianos y turistas al final del cauce histórico del Turia, a espaldas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, punto en el que se interrumpía su hasta entonces idílico paseo por el pulmón verde de Valencia.
Las fuertes lluvias de los últimos días, las altas temperaturas y el viento de Levante de los últimos días fueron los ingredientes idóneos para generar el peor escenario posible de aguas sucias, hedor e insectos, al que se unió una mortandad de peces motivada probablemente por la avería en los inyectores de oxígeno instalados en esa zona que lleva así desde el mes de agosto.
Los malos olores junto a la imagen de los animales muertos, no han sido suficientes para que el consistorio municipal tome cartas en el asunto. Únicamente han retirado los peces y a cambiar los horarios de la central hidráulica que causaba molestias.
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