El pasado 20 de julio me marqué un «doble salto mortal acróbatico» basado en el mapa que se formará en el eclipse lunar del día 16, al que titulé «Soñando con el otoño». Me permito recordároslo hoy
Adela Ferrer / ASTRÓLOGA
La entrada del próximo otoño con mala mar y fortísimos vientos.
Con la pretensión de experimentar el método del pronóstico meteorológico a largo plazo, basado en la intepretación del horóscopo de los mapas lunares y usando las mismas normas y técnica que utilizaban personajes como Cristobal Colón o Johannes Kepler.
Por su interesante y llamativa configuración, y con toda cautela, os paso el análisis del horóscopo del eclipse lunar (parcial) del día 16 de septiembre.
Los eclipses de luna en Piscis significan, en general, y para todo el otoño:
– “Problemas en el mar y para la nevagación, los pescadores y los marineros.”
Venus, en posición angular – a punto de ocultarse por el horizonte Oeste-, se dirige a formar un ángulo de 60º con Marte, cosa que, como la mayoría de los aficionados a la astrometeo ya saben, significa que los amantes celestes se preparan para abrir las puertas de las aguas:
– “Precipitaciones a lo largo del mes lunar” (nada raro a la entrada del otoño).
Estas precipitaciones podrían producirse alrededor del día 19, momento en el que Venus y Marte estén separados por 60º exactamente. (Venus y Marte están señalados con una elipse rosa)
El mismo día 19, Venus formará un ángulo exacto de 45º con Saturno, una distancia angular muy estudiada por Kepler. (Vemos a Saturno en un recuadro rojo). El contacto entre Venus y Saturno significa que las lluvias se deben a la entrada de bajas presiones, a la
– “Llegada de masa de aire frío en altura” –Saturno simboliza el frío-.
El día 22, el Sol entrará en el signo de Libra, comienza el otoño astronómico. Y ése mismo día Mercurio, el planeta de los vientos, cambiará de movimiento poniéndose directo. (Mercurio está señalado en un círculo verde)
– Para el mismo día 22, o quizá para el 23, con el menguante lunar, esperamos un “Cambio atmosférico muy importante en lo referido a la posición de las masas de aire en altura y a los vientos en superficie.”
El Sol formará conjunción con Júpiter.(Júpiter está señalado en un recuadro azul) Esta unión significa para los antiguos,
– “Fuertes vientos, vendavales”, que se producirían, muy probablemente entre el 23 y el 28 de septiembre.
Tras el novilunio del día 1 el violento Marte formará un ángulo recto con Júpiter, cosa que suele coincidir con
– “Muy fuertes temporales de mar”, posiblemente en la fachada atlántica y en el Cantábrico, pero no es descartable que también se produzcan risagas y fuerte oleaje en el Mediterrráneo.
Si tuviésemos que mezclar este puzzle de frases oraculares inconexas o “señales celestes” y pretendiésemos hilvanar un discurso meteorológicamente sensato para hacer la predicción de los primeros quince días del otoño en nuestra península, una de las posibilidades sería la de anunciar (experimentalmente) muchos cambios atmosféricos, y en los días clave antes señalados, la rápida formación de una profunda baja (¿una ciclogénesis?) que remueva el mar y produzca fortísimos vientos y aguaceros. ¿Dónde?: No sabemos, sólo podemos hacer uso del sentido común y pensar en la época del año, en la posición geográfica y en la orografía de nuestra península, es decir, en la penetración de perturbaciones atlánticas y en la entrada de vientos frescos del Norte.
En cualquier caso, este pronóstico no es más que una especulación y las frases oraculares podrían conformar un párrafo de distinto significado.
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