Juan E. Daroqui / ECONOMISTA
Hace unos diez días, en este mismo medio, escribí una columna sobre la amistad, donde dejaba clara mi creencia en la necesidad de tener amigos. Pero no solo hay que tener amigos, hay que tener buenos amigos.
Porque cuando todo va bien, hay multitud de personas que acuden en “auxilio” del vencedor. Te salen amigos por doquier, gente que conoces y que no conoces aparecen para darte una palmadita en la espalda o una felicitación. Los buenos amigos no aparecen en esos momentos. Los buenos amigos son los que acuden a echar una mano en los malos ratos, normalmente sin necesidad de llamarlos, y entonces, cuando vienen mal dadas, es cuando te das cuenta de con quién puedes contar. Porque los buenos amigos saben cuando los necesitas aunque no se lo digas.
Como ejemplo paradigmático (valga la redundancia) tenemos a Mariano Rajoy. Buen amigo donde los haya.
El pobre José Ignacio Wert, exministro de educación, pasó muy malos momentos porque, sin motivo alguno, tuvo a toda la comunidad educativa en contra de su LOMCE. Hasta el punto de tener que dejar el ministerio. Se casó con Montserrat Gomendio y ella fue enviada a París como directora general adjunta de educación para la OCDE. Se quedó sin trabajo y con la pareja trasladada.
¿Qué ocurrió entonces?. Que sin que le tuviera que llamar, su buen amigo Mariano Rajoy, hizo que lo nombraran embajador español en la OCDE y así puede compartir vivienda con su esposa, en la capital del amor, y con un sueldecito la mar de apañado. Gracias a su amigo consiguió un trabajo y pudo seguir su relación sin la distancia de por medio.
El pobre José Manuel Soria se vio obligado a dejar el ministerio de industria solamente porque mintió retiradas veces al negar que era administrador y accionista de unas empresas off-shore que aparecían en los papeles de Panamá. La prensa se empeñó, de manera injustificada, en pedirle explicaciones, y como las mismas fueron malas, malísimas, tuvo la grandeza de dejar su puesto en el gobierno, lo que le ha supuesto pasar por momentos muy malos.
Por eso, su buen amigo Mariano Rajoy, a través de su otro buen amigo Luis de Guindos, lo ha colocado en el Banco Mundial, con otro sueldecillo bastante apañadito de más de un par de cientos de miles de euros, además libres de impuestos. Y todo ello para echarle una mano en el mal rato que estaba pasando y aprovechando sus conocimientos en eso de ahorrarse impuestos.
Bueno, pues a este señor, Mariano Rajoy, ejemplo de lo que es un buen amigo, va y le sale mogollón de gente en tromba a criticarlo por hacer lo que ha hecho. ¿Cómo es esto posible?.
Y no solo de los otros partidos y de la prensa de izquierdas, que de esos te puedes esperar cualquier cosa, incluso hay gente de su propio partido que se ha permitido el lujo de decir que no le parecía bien el nombramiento del Sr. Soria. Hasta el diario La Razón se ha mostrado crítico con ese nombramiento en lugar de ensalzar el gesto de ayudar a un amigo en los malos momentos. Ya quisieran muchos tener un amigo como Rajoy.
Pues resulta que como consecuencia a ese aluvión de críticas, José Manuel Soria, en un nuevo gesto de grandeza, ha renunciado al nombramiento, a petición del gobierno.
¡Vaya tropa!.
@Rutiguer_JED
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