El tenista español accede a octavos de final sin ceder un solo set y muestra su mejor estado de forma
Es el mejor momento de Rafa desde Roland Garros 2015. Nadal se ha metido en los octavos de final de un Grand Slam, un territorio que no pisaba desde la primavera de 2015, cuando llegó a los cuartos de Roland Garros. El tenista mallorquín derrotó al ruso Andreij Kuznetsov por la vía rápida, sin ceder un set (6-1, 6-4, 6-2).
El manacorí no dio opciones a su rival y recordó al tenista dominador de principio a fin de otros tiempos. Peloteaba con consistencia y profundidad, cambiando el paso a su oponente con reveses cruzados.
Y encima, apenas cometió fallos. A mediados del segundo set, solo contaba con cinco errores no forzados. Pero fue en esa segunda manga donde se vio al Nadal más débil. «Estaba sacando mal», reconocía más tarde en rueda de prensa.
Kuznetsov le rompió dos veces el saque y por un momento se vio peligrar el set. Pero ahí Nadal contó con la colaboración del tenista ruso, que se castigó con infinidad de errores no forzados (40 en todo el partido, más del doble que Nadal). Eso le permitió al mallorquín romperle el saque tres veces y rematar el set en un último juego con dos palazos marca de la casa.
Último set de dominio del español con un espectacular cierre. En el penúltimo punto del partido, Nadal subió a la red y ejecutó una volea con poca contundencia, que permitió a Kuznetsov superarle con un globo ajustado sobre el fondo.
El mallorquín corrió a la desesperada hacia la pelota y le pegó por debajo de las piernas, mandando otro globo que pasaba a su rival, que se había tirado a la red a rematar la faena. Un tercer globo de Kuznetsov no fue tan eficiente y le dejó a merced de un smash de Nadal, al que el ruso ya no pudo responder. Tembló la pista Arthur Ashe de la ovación del respetable y Nadal dio su salto característico de celebración.
En el siguiente punto remató el partido y se fue a la red con los brazos abiertos. Nadal regresaba a la recta final de un gran torneo.
Tras el partido, el campeón español dijo: «Lo único que sé es que estoy feliz. Estoy muy ilusionado de estar en el US Open. Para mí es una gran noticia estar de nuevo en el circuito, y cada día juego con menos dolor de muñeca. Eso es lo más importante».
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