Un bañista descubrío ayer a 4 metros de profundidad en el Peñón de Ifach una sábana anudada con huesos y objetos rituales
El Peñón de Ifach de Calpe es un pozo ritual sin fondo. Un bañista de 38 años descubrió ayer una nueva sábana anudada por sus extremos (forma un hato) que contiene restos óseos humanos y objetos rituales, así como los nombres y las fotos de las «víctimas» del conjuro.
Los especialistas del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil han acudido esta mañana a sacar ese hato formado con una sábana y, al entrar en el agua, no sólo han recuperado esa bolsa, sino que han encontrado otra más.
En concreto, los GEAS de la Guardia Civil han recuperado esta mañana dos bolsas rituales más en aguas del Peñón de Ifach. Una, compacta, fue la que descubrió ayer el bañista, y otra abierta. La sábana, con bordados de colores que componen símbolos esotéricos es más pequeña y tenía restos óseos esparcidos por ella.
El bañista que ayer encontró la primera bolsa no se atrevió a tocarla. No obstante, sí recogió una estatuílla de bronce que estaba junto al cuarto paquete ritual. Es una figura femenina muy estilizada, de rasgos demoníacos y con los brazos alzados.
El concejal de Seguridad, Matías Torres, sí indicó que el bañista ya había visto hace unos días la sábana, pero entonces pasó de largo y no le dio importancia. Luego vio en la prensa que los paquetes de rituales de brujería o hechicería que se habían encontrado se asemejaban mucho a lo que él atisbó a poca profundidad. Regresó y confirmó sus sospechas de rastros de ritual satánico.
El cuarto hato ritual y la estatuilla confirman que el ceremonial de hechicería que se llevó a cabo presumiblemente la pasada semana en el Peñón de Ifach (la Guardia Civil considera que los restos se lanzaron al mar 48 o 72 horas antes de hallarse el sábado) tuvo bastante entidad. Quienes realizaron el conjuro o el ritual esotérico (la estatuilla de ayer reforzaría que podría ser satánico) se sintieron atraídos por el poder telúrico del Peñón. Percibieron que este lugar de imponentes acantilados irradia magia.
Mientras, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, confirmó ayer que en estos conjuros se invocaba a personas de carne y hueso de Extremadura, en concreto de Cáceres. Moragues precisó que también han aparecido entre los objetos envueltos en las sábanas nombres y fotografías (también llevaban apuntados nombres) de personas de otras provincias.
Papeles de la Agencia Tributaria
Reveló que había documentos de la Agencia Tributaria «con nombres y apellidos». Confirmó, como también adelantó este diario, que la Guardia Civil se pondrá en contacto con esas personas invocadas en el ritual para «saber el porqué de la aparición de estos huesos y del resto de cosas».
Los restos óseos humanos que contienen estos hatos han permanecido enterrados entre 30 y 40 años. Están pigmentados de marrón, lo que revela que estuvieron durante décadas en contacto con la tierra. En Calpe y los pueblos de alrededor, no se ha profanado ninguna tumba. Pero, al hallarse nombres y fotos de personas de Extremadura y de otras provincias alejadas de Calpe y el Peñón, la inhumación de los esqueletos (el del primer paquete estaba casi completo) se podría haber realizado en algún viejo y olvidado camposanto de la parte oeste de España.
El hecho de que en el ritual aparezcan nombres y fotografías de personas vivas, así como documentos de hacienda que traslucen que se pretendió hacer un sortilegio para conjurar agobios fiscales, refuerza la hipótesis de que el ritual se enmarcaría en la brujería o la hechicería.
El misterio crece por momentos. El nuevo hallazgo ha vuelto a sembrar la inquietud en Calpe. La cara sur del Peñónl se ha convertido en un cementerio de los horrores en el que en cinco días se han descubierto cuatro fardos formados con sábanas que contenían huesos humanos.
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