Pedro Hermosilla / MALDITAS, BENDITAS PALABRAS
Se rompió la cadena
por el eslabón más mezquino:
Yo.
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Los celos que los ojos te ciegan
y la sangre brava de vida
que galopa por mis venas
juegan una partida de ajedrez
enloquecida;
en las que tus piezas y las mías
se inmolan unas contra las otras
vendiendo gratis su alma
empozoñada de tendencias suicidas.
Noticias del corazón
(pendientes de confirmarse):
Se avecinan nubarrones de desazón
entre las que acomodarse;
se anuncian vientos huracanados
de esos que dejan paisajes
de corazones helados.
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