El ‘myrtus communis’ es un arbusto dedicado a Venus. Símbolo del amor, la paz y la alegría, se emplea en muchos rituales de magia amorosa y erótica
Adela Ferrer / Astróloga
La madre de Adonis, Mirra, se jactaba de ser más bella que Afrodita. Ése pecado, el de «hybris», el orgullo, el de ser como «dioses», es el peor de todos en todas las tradiciones religiosas, por ello la diosa la castigó infundiéndole un amor loco por su propio padre.
Mirra se introdujo a oscuras en el lecho de su papá y cuando él se enteró del engañoso incesto, persiguió a su hija para matarla; ella logró escapar cuando Afrodita la convirtió en un mirto, de cuyo tronco nació Adonis, el niño que la muchacha llevaba en su seno.
Este bellísimo niño fue criado por Perséfone en el inframundo, con quien viviría como amante los seis meses del invierno; mientras que los seis meses de verano los pasaba en la tierra, como amante de Afrodita.
Este mito procede sin duda de antíquisimas religiones y creencias; de hecho sabemos que los sumerios quemaban mirra en las ceremonias de Tamuz, ya que en su mitología el mirto, árbol balsámico de la gran madre, también daba a luz un hijo salvador.
Las ninfas-mirtos eran profetisas y enseñaron a los hombres a cuajar leche para hacer queso y a construir colmenas. En Grecia, siempre que se pasaba por delante de un mirto florido, era costumbre coger una flor, ya que la indiferencia ante el mirto era augurio de impotencia y muerte.
Era el símbolo de la colonización, ya que los emigrantes que llegaban a una nueva tierra, llevaban ramas de mirto en señal de paz y alianza. No sólo provoca el amor, sino que lo conserva, por eso las recién casadas griegas, adornaban sus cabellos con ramas de mirto.
En el infierno de Virgilio, las víctimas del amor se esconden entre los mirtos. Según Ibn Wafid, las hojas de mirto frescas, machacadas y puestas a macerar en aceite de oliva durante tres semanas al sol, impiden la caída del cabello. Quemado en un sahumerio con incienso, aleja los demonios.
Los frutos del mirto, una vez secos y reducidos a polvo, se baten con clara de huevo y aplicándolos en cataplasma sobre el pecho, detienen los vómitos. Para que en una casa no falten el amor y la armonía, hay que plantar mirtos a la puerta.
Tener una maceta de mirto en el balcón o la ventana da buena suerte. Soñar con mirto significa que nuestro amor es correspondido.
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