Juan E. Daroqui / ECONOMISTA
Los políticos y las políticas, sobre todo de hoy en día, son cansinos y cansinas hablando.
Todos los discursos o entrevistas se hacen más largos de lo debido por esa insufrible manía de nombrar a los ciudadanos y ciudadanas, compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras, niños y niñas, alumnos y alumnas, y demás masculinos y femeninos que sueltan sin el menor rubor.
¡Ya está bien, por favor!.
Como indica la RAE: “Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.
La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: el desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.”
Estas razones extralingüísticas que apunta la RAE son para remarcar que el orador está totalmente comprometido por la igualdad entre el hombre y la mujer, y lo demuestra desdoblando indiscriminadamente.
¿Realmente piensan que las mujeres se sienten discriminadas si se dice la frase: “Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto”?.
Si se está hablando de derechos laborales ¿alguien piensa que las mujeres no están incluidas si se nombra a los trabajadores?.
Los que hablan así sí que están pensando que las mujeres son tontas, y si hay alguna mujer que cree necesario despreciar el lenguaje con esos giros, realmente es que no tiene la cabeza muy bien amueblada.
La igualdad desde luego no se consigue disparando masculinos y femeninos a diestro y siniestro, hasta el punto de soltar lo de miembros y miembras (ministra de Igualdad dixit).
Muchos políticos, hombres y mujeres, que utilizan este giro para dárselas de igualitarios, luego aprueban leyes que no fomentan para nada la igualdad. Postureo puro y duro, que ahora está muy de moda.
Ya lo dice el refrán, “una cosa es predicar y otra dar trigo”.
Pongan un académico en su partido.
@Rutiguer_JED
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