Juan E. Daroqui / ECONOMISTA
A Pablo Iglesias y su Unidos Podemos le ha pasado el 26J lo mismo que le pasó el 20D a Albert Rivera y su Ciudadanos. Se creyeron las encuestas que les situaban muy cerca del ganador y tutearon el PP en la campaña, como si realmente tuvieran opciones de ser el partido más votado de las elecciones y pudieran llegar a la Moncloa. Craso error.
Pasaron de ser los partidos con más futuro en los sondeos a darse el trompazo más grande precisamente porque habían subido demasiado altas sus expectativas, por lo que la caída fue mayor. Quizá la juventud les pasó factura.
Los del PP son, con muchísima diferencia, los votantes más fieles que pueden existir. Son fieles en su voto y fieles en su asistencia a votar. La abstención rara vez les perjudica, no es su problema.
El sistema electoral que tenemos casi siempre juega a su favor. Penaliza a los perdedores y premia a los ganadores. Albert Rivera se ha dado cuenta perfectamente en estas elecciones, que perdiendo poco porcentaje de voto ha perdido bastantes escaños.
¿Conseguirá alguien cambiar esta ley electoral?. Lo dudo.
Si este país se hubiera convertido en uno “normal”, a efectos democráticos, la noche del 26J, por arte de magia, ya que de otra manera no es posible, deberíamos haber asistido a unas cuantas dimisiones.
P. Sánchez tendría que haber dimitido por empeorar el peor resultado obtenido por el PSOE en toda su historia. Ganar a estas encuestas que predecían que sería la tercera fuerza política creo que no es mérito suficiente para seguir en el cargo después de perder 5 diputados en 6 meses. Toda situación desesperada es susceptible de empeorar.
P. Iglesias también debería haber presentado su dimisión. Se supone que los de la nueva política asumen responsabilidades políticas por sus actos, y los actos y actuaciones de Iglesias han hecho que pierda un millón de votos y se quede igual que estaba a pesar de haber añadido a sus siglas las de IU. Creo que él en persona es el responsable de la fuga de votos.
A. Rivera es el otro que debería haber dimitido por el batacazo de un partido tan personalista como el suyo. Bien es cierto que castigado por la ley electoral, pero es la que hay. Como no cambie mucho, tiene toda la pinta de convertirse en el nuevo UPyD.
No sé si alguno de los tres vio a D. Cameron al día siguiente de haber perdido el referéndum.
Por cierto chapeau para M. Rajoy. Lo ha vuelto a hacer. Ni la corrupción ni las trastadas de sus ministros le afectan lo más mínimo, ni a él ni a sus votantes. De ahí no lo mueve ni un bulldozer. Sí, es el político peor valorado de los cuatro, ¿y qué?. Se fuma un puro leyendo el Marca y tan tranquilo.
Ahora sentémonos a ver el espectáculo de las negociaciones y, con suerte, en diciembre, a las urnas otra vez.
@Rutiguer_JED
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