Gerard Piqué marca el gol de la victoria de España ante una débil Chequia en el minuto 88
iV.com.- Sí, Gerard Piqué, el defensa del Barça al que muchos silban cuando juega con la selección, se erigió en el salvador de España en Toulouse ante la república Checa. Claro que Don Andrés (Iniesta) se la puso de un toque de guante cómo para no fallar, pero había que meterla.
Lo que ha quedado claro, al margen de los voceras desplazados a Francia, es que el equipo de Del Bosque, sin Paco Alcácer, no tiene nada de gol. Ni el «protegido» y «promocionado» Morata, ni Aritz Adúriz justifican su presencia por delante del goleador valenciano.
Porque ya era el minuto 88 de partido y a España, las cosas se les estaban poniendo muy negras, pero apareció la magia, la clase de Iniesta para poner el balón en la cabeza de Piqué que pudo batir a Cech, que hasta entonces parecía un muro infranqueable para la selección.
Un cabezazo, un gol que valen tres puntos de oro que dejan a La Roja con el camino a octavos muy encarrilado y que le permite afrontar con más tranquilidad el duelo ante Turquía del próximo 17 de junio en Niza. Y es que el manchego está colosal. Menos mal. Hoy por hoy, el de Fuentealbilla es el 80 por ciento del equipo. Fino, seguro, rápido y valiente cómo nunca, Iniesta es el auténtico líder de España.
La alegría del triunfo, la del primera victoria desde 2008 en un debut de Eurocopa o Mundial, no debe tapar que España tiene un problema, un serio problema y se llama gol. Aunque desde dentro de La Roja digan que no preocupa, que confían en los hombres de delante del equipo, lo cierto es que dice mucho que fuese Piqué, un central, el que tuviera que marcar en una segunda jugada a la salida de un córner.
España lo hizo todo bien ante Chequia, controló el partido, tuvo el balón, supo encontrar huecos en la densa zaga checa, pero no acertaba a marcar. La excusa de la gran actuación de Cech tampoco valía para justificar que a la Roja le falta gol . Todos lo intentaron, empezando por Morata y Aduriz, los dos delanteros de la lista, pero de nuevo no era su tarde y el problema es que ya han habido muchas tardes o noches como la de Toulouse.
Todo eso lo solucionó el gol de Piqué, pero Del Bosque lo intentó buscar con Aduriz, que entró por Morata, Pedro y Thiago, pero tuvo que ser Piqué el que lo hiciera. Es decir, España sigue sin resolución delante.
Del juego desplegado cabe reseñar que España ofreció de nuevo buenas sensaciones, nada parecidas a las del Mundial de Brasil, si no a la de anteriores y gloriosos torneos. Pudo marcar Morata en la primera mitad pero remató de cerca al muñeco cuándo lo fácil era marcar. Lo intentó de nuevo el de la Juve de tiro cruzado ligeramente devíado y lo propuso con múltiples escarceos Nolito, aunque se apagó en el segunto tiempo.
Buen manejo del balón, profundidad con los laterales, gran juego entre líneas con Silva e Iniesta y defensivamente, la seguridad con Piqué, Ramos y Busquets, mientras en portería, De Gea, se mostró seguro en su debut en una Eurocopa sentando, para nosotros de forma injusta, a Iker Casillas.
Lo único que le falta es el gol y eso le hizo sufrir ante una Chequia bastante floja, que, sin embargo, con muy poco tuvo sus ocasiones para darle un disgusto a La Roja. De Gea evitó la desgracia para España con una parada en el último minuto que fue tan o más importante que el gol de Piqué.
Ahora, tras el estreno, todo mejorará seguramente, habrán pasado los nervios del debut y frente a Turquía, todo las carencias que se vieron en Toulouse estarán ya resueltas o no. Lo que no puede esperar para que la selección tenga futuro en esta Eurocopa es que los jugadores vean puerta con más facilidad que ante Chequia.
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