Manuel L. Hermoso / CON PALOMITAS Y A LO LOCO
Desde inicios de los 80, Hollywood encontró en el subgénero de las llamadas «budy movies» (películas de colegas), un estupendo filón. La idea era, mezclando acción y algo de comedia, juntar una pareja de policías (o detectives) de personalidades opuestas y que a menudo chocaban y que a la fuerza se veían obligados a trabajar juntos frente a una amenaza superior.
La fórmula se abrió con «Límite 48 horas» (1982) con un tipo duro (Nick Nolte) y un cómico procedente de la televisión (Eddie Murphy) y tuvo en la saga «Arma letal», iniciada en 1987, su máximo exponente. Otras películas de éxito como «Tango y Cash», «Ciudad muy caliente», «Danko calor rojo» o «El último boy scout» siguieron con desigual fortuna esa fórmula.
«Dos buenos tipos» es el enésimo ejemplo de budy movie, en la que un detective y un matón (Russell Crowe y Ryan Gosling) unen sus fuerzas para resolver la desaparición en Los Ángeles de 1977 de una joven relacionada con la industria pornográfica.
Curiosamente el director de esta entretenida cinta es Shane Black, guionista precisamente de «Arma letal» y «El último boy scout» y a inicios de los 90 el guionista mejor pagado de Hollywood. De la mano de Robert Downey Jr. renació como director al ofrecerle dirigir «Iron Man 3» .
Black da al film un aire paródico y muy desenfadado presentando a Russell Crowe en su mejor papel en mucho tiempo y a Ryan Gosling, el actor de moda en el cine americano, en un personaje menos serio y profundo de lo que es habitual en sus películas.
Sin ser una cinta redonda, la química de su pareja protagonista y el interés de la tema que mantiene interesado hasta el final al espectador, la convierten en una película ideal para pasar un buen rato sin complicaciones disfrutando de dos de los mejores actores del cine actual.
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