Pedro Hermosilla /Historias para un ratico
Ya apuntaba maneras don Fernando antes de ajustarse la corona a la cocorota; como Príncipe de Asturias, no dejaba pasar la oportunidad de promover y participar en conspiraciones contra sus padres y contra su favorito Godoy. Como era más bien torpón en esos menesteres, lo enganchaban siempre y se líaba cada «rijostio» en palacio del copón…
CalorIV: -«¡Mal hijo!, ¡Descastado!»
Fernando :-¡Cornudo!
La Reina: -¡Bastardo! ( jajaja manda huevos)
Silencio tenso en Palacio…se miran unos a otros …nadie abre la boca hasta que don Fernando concluye:-«¿Bastardo yo? Vamos, ramera, que de no tener la misma nariz de imbécil de mi padre, creería que, como mi hermano, fuese hijo de Godoy.»
Así se las gastaban …
Don Benito Pérez Galdós a través de sus “Episodios Nacionales”, le atribuye al Felón varias frases que todavía hoy se usan frecuentemente. Debiendo don Fernando acudir a una reunión del gabinete gubernamental de carácter urgente, el ayuda de cámara no acertaba a vestirlo,-¿por la dificultad de embutir la butifarra?-, el rey que no dejaba de tener su sorna comentó eso de: «Vísteme despacio, que tengo prisa».
También se sabe que era un aficionado al noble arte del billar aunque no muy virtuoso y los pelotas de la corte fallaban sus carambolas, dejándoselas a Su Majestad a huevo; de ahí proviene la frase hecha «Así se las ponían a Fernando VII».
Otra también muy utilizada proviene de cuando el rey pasaba revista a las tropas afectas a la causa absolutista…las caras de sonaban de cuando se constituyeron las milicias liberales que lo alzaron al poder…o sea: ”Los mismos perros con distintos collares”.
Murió Fernando VII y cumplió con uno de las grandes obligaciones de un rey que es hacerlo con descendencia. No pudo tener hijos varones…tuvo a Isabelita -cuya coronación nos envolvió en las guerras carlistas…pero ese ya es otro tema-.
La desconsolada, María Cristina, viuda, no tardó en buscar sustituto a su insigne ex-marido en la persona de un capitán de su guardia: Agustín Fernando Muños Sánchez -lo llegaron a llamar Fernando VIII las malas lenguas-. No sabemos de los atributos del pollo, pero lo cierto es que a éste le dio ocho hijos. Cosa que aprovecharon sus enemigos los carlistas, España es así con mucha guasa y a la vez con mucha mala leche, para sacarle coplillas con las que arrear a la regente y con ella a sus enemigos los liberales de esta guisa…
Clamaban los liberales
que la reina no paría.
¡Y ha parido más muñoces
que liberales había!
Agregar comentario