LUCES DE LA NATURALEZA

Nuria Hernández Sáez

Verdes, azules, rojizos, naranjas, rosas… toda una explosión de colores es lo que nos brindan las Auroras Polares. Un precioso espectáculo de luces y formas que pintan el firmamento como si fuera un lienzo.

Las Auroras producen unas formas y gama de colores muy diversos que suelen cambiar rápidamente. Durante la noche se va extendiendo en el horizonte generalmente en dirección este-oeste hasta que llega un precioso momento en el que la totalidad del cielo nocturno se llena de bandas luminiscentes que se mueven majestuosas por el firmamento, un acto que parece casi irreal. Este fenómeno puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Al llegar el alba, la actividad cesa, y el proceso se calma y solo algunos recortes continúan brillando con luz tenue hasta el amanecer. Esto sería una noche típica de Auroras, pero no tiene por qué ser así en todas las ocasiones.

En el hemisferio norte a la Aurora Polar se le denomina Aurora Boreal; esa terminología es muy curiosa porque proviene de Aurora, la diosa romana del amanecer y de la palabra griega Bóreas, que significa norte. En cambio, si viajas al sur, te corregirán varias veces si dices Aurora Boreal hasta que aprendas que en el hemisferio sur se le conoce como Aurora Austral. Esta palabra procede del latín austrālis, que significa sur y del sufijo “al” que indica pertenencia o relacionado con, por tanto, perteneciente y relativo al sur.

Las Auroras Boreales han sido observadas desde hace mucho tiempo. Como tantos otros fenómenos naturales, la Aurora Boreal se encuentra en numerosos mitos y leyendas. Tanto los antiguos de Occidente como en China, las interpretaron como grandes serpientes o dragones que surcaban el cielo. Otras culturas creen que las Auroras Boreales son espíritus moviéndose por el cielo estrellado o reflejos de los escudos de las famosas guerreras nórdicas Valkirias. Otra preciosa leyenda cuenta que son las chispas que se generan cuando un zorro cruza las mesetas árticas, iluminando el cielo al golpear con su cola la cima de una colina.

Cuando el cielo se tiñe de tantos colores, no es de extrañar que haya tantas leyendas vinculadas a este fenómeno que parece que ocurra por arte de magia ¿verdad? Pues no… tiene una explicación científica. Conforme el conocimiento científico ha ido avanzando, se han desmontado muchos mitos y leyendas y se ha explicado el porqué de muchos fenómenos, a pesar de que queda mucho por conocer, y aunque las leyendas y tradiciones siguen siendo una bonita forma de explicar estos sucesos, acuérdate, ¡con-ciencia!

Este espectacular fenómeno se produce cuando el viento solar cargado de radiación cósmica viaja a velocidades impensables y choca contra la magnetosfera de la Tierra (capa esférica generada por el campo magnético terrestre, formada por líneas invisibles que parten hacia los dos polos) y esta capa desvía las partículas solares cargadas hacia los polos. Allí se va almacenando toda esta energía hasta que no se puede acumular más y se dispara en forma de radiaciones electromagnéticas sobre la capa que principalmente crea estas preciosas y espectaculares luminiscencias. Esta capa es la ionosfera terrestre donde las partículas entran en colisión con los componentes del aire, y al excitarse por la radiación ultravioleta del Sol y volver a su estado natural, emiten luz.  Además, los colores que se pueden producir en las Auroras dependen del elemento químico o molécula que las partículas del viento solar exciten y también del nivel de energía en el que se encuentren esos átomos, por ejemplo, el oxígeno atómico emite en verde y en rojo dependiendo de la altitud, mientras que el nitrógeno molecular emite tonos rojizos y morados.

Un dato curioso es que las Auroras Polares también existen en otros planetas de nuestro Sistema Solar, como, por ejemplo, Júpiter, Saturno, Neptuno ¡incluso en pequeñas zonas de Marte!

La Aurora Boreal es uno de los fenómenos naturales más espectaculares, verla en directo me impresionaría e impactaría muchísimo, se me pondría la piel de gallina con tanta emoción.

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¿No te encantaría contemplar alguna vez en tu vida este espectáculo de luces? Pues si alguna vez tienes la suerte de poder hacerlo, la mejor época para observar Auroras Boreales es entre septiembre y abril en el hemisferio norte, y entre abril y septiembre en el hemisferio sur (Aurora Austral), aunque en general, los mejores meses para observarlas son cuando las temperaturas son más bajas. Así que, si te lo puedes permitir, tanto en tiempo como en dinero, ¡ya puedes empezar a organizar el gran viaje! ¿El lugar? Por desgracia, esta belleza no se puede contemplar desde cualquier punto del planeta.

Uno de los principales destinos podría ser Alaska, y tienes que tener en cuenta que cuando mejor se ven es durante los inviernos glaciares que tienen lugar entre noviembre y enero.

Otro lugar es Groenlandia (al que me encantaría ir, por cierto) y la mejor época para ver la Aurora Boreal suele ser entre finales de agosto y mediados de abril, eso sí el horario más adecuado en el que el cielo puede estar más despejado es de 22 h a 23h, antes de la medianoche. En verano no son visibles porque está presente el Sol de Medianoche, sí sí, ¡a las 00:00h es de día! En este periodo el Sol alumbra las 24 h del día y tanta luz no deja contemplar la Aurora Boreal porque ¡no se oculta nunca!

Aunque uno de los mejores lugares para admirar la danza de esas increíbles formas de colores es Noruega, el paraíso de la Aurora Boreal.  Se dice que las zonas septentrionales de Noruega son las más adecuadas para contemplar este precioso fenómeno natural. En este país, se puede observar este espectáculo casi desde cualquier punto, pero recomiendan que te sitúes por encima del Círculo Polar Ártico, o sea, en el Norte de Noruega y tienes más probabilidades de verla entre los equinoccios de otoño y el de primavera, es decir, del 21 de septiembre al 21 de marzo siendo los mejores meses octubre, febrero y marzo.

En la Laponia Finlandesa la Aurora Boreal es conocida como “Las Luces del Norte” y en esta zona las posibilidades de presenciarlas son muy altas y si te desplazas al norte, cuanto más arriba mucho mejor. La época, aproximadamente la misma, de septiembre a marzo ya que en este lugar también está presente el Sol de Medianoche que nunca se oculta y permanece siempre iluminando el paisaje, es por esto que Laponia también es llamada la “Tierra del Sol de Medianoche”.

Canadá o Finlandia también son otros destinos para ver estas preciosas luminiscencias.

Como ves, las recomendaciones generales son visitar los destinos durante otoño e invierno cuando las noches son más largas y oscuras, en días despejados, sin luces urbanas ni luna llena y cuanto más al norte mejor, para que puedas ver como la oscuridad del cielo se convierte en una paleta de preciosos colores. Y eso si… tienes que ahorrar “money” porque estos lugares precisamente ni están cerca ni son de los destinos vacacionales más económicos… Por cierto, es mejor que te dejes guiar por los expertos en el tema y organicéis un buen tour guiado para verlas en su máximo esplendor. Además, debes tener en cuenta que nunca hay una garantía absoluta de que esa noche en la que tienes todo listo para la gran cita, se pueda ver una Aurora Boreal.

¡Buen viaje y buena suerte!

 

 

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