Cultura Valencia

LA SALVAJE POESÍA DEL ROCK: EXTREMODURO

Pedro Hermosilla

Fuimos muchos los que empezamos a  amar la poesía a través del rock and roll, y saltamos de grupo en grupo, de tonada en tonada, de estruendo en estruendo, destripando canciones en busca de un verso que nos descargara un rayo poético en el alma. Y que aprendimos inglés para poder hacerlo en el inmenso caladero de la música británica o americana.

De los cassettes, vinilos, o cd´s, pasamos, sin que nadie nos lo pidiera y como por arte de magia, a las páginas de Lorca, Machado o Miguel Hernández. Incluso,los más pillados, nos atrevimos con Góngora, Calderón y Quevedo.

Uno de los grupos que más, y mejor, representa  el ramalazo poético que representa el rock, y la importancia del contenido sobre el continente. Son los” Extremoduro” con su  particularísimo líder y vocalista, Roberto Iniesta  “Robe”, a la cabeza. Consiguen, sin hacer promoción del disco, que la gente espere meses y meses-o años y años  en algunos casos-  la salida de sus  nuevos trabajos para  lanzarse a adquirirlos en millonarias manadas “para ver lo que dice el Robe”.

Para encontrar, por ejemplo, residuos bequerianos:

”Tirado en la calle en una esquina, 
justo iba a quedarme dormido .
y vi a las astutas golondrinas 
colgar de tu balcón su nido.”

Magistrales metáforas y personificaciones dignas de Hernández:

“Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas, 
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas, 
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor, 
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.” 

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“Y por ti la luz de la aurora 
se queja de verte sola 
quiere llegar más temprano. 

Y a mí la luz de la luna
no quiere dejarme a oscuras, 
y me lleva de la mano.” 

 

O un salvaje y descarnado sentimiento de amor, aliñado con lenguaje pasional, personal e intransferible. Muy a lo Neruda:

“Cuando ya no puedo más saco para respirar 
un ratito el corazón, que lo tengo en carne viva; 
sólo un poco de calor hace que me vuelva a la vida, 
y lo pongo a secar al sol escondido en un renglón.”

“Al compás de una copla dormida 
bailan mis ganas de volverte a ver; 
fuiste tú mi batalla perdida 
eres tú mis ganas de vencer. 
Me enloquece soñar contigo, 
no deseo volverte a soñar 
todo mi mundo está en tu ombligo.” 

 

“Ojalá que me la encuentre ya entre tantas flores. 
Ojalá que se llame amapola, 
que me coja la mano y me diga que sola… 
No comprende la vida, no. 

Ojalá que me despierte y no busque razones. 
Ojalá que empezara de cero, 
y poderle decir que he pasado la vida 
sin saber que la espero.”

 

 

 

 

 

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