Antonio Gil-Terrón
– ¡Leonardo Da Vinci fue un genio!
– ¿Es que acaso lo conociste personalmente?
– ¡No!
– ¿Entonces porque estás tan seguro que fue un genio?
– ¡Pues por las obras que nos ha legado!
– ¿Entonces creerás en Dios?
– ¡Pues no! ¿Por qué habría de creer?
– Deberías creer, al igual que crees que Da Vinci fue un genio, por lo que conocemos de su obra.
– ¿Su obra…? ¿Qué obra?
– Pues el Universo del que formas parte; te guste o no.
– ¡Jajajaja! De eso nada. Hasta un niño sabe que Darwin descubrió que el Universo es fruto de la Evolución.
– Sí; tienes razón, hasta un niño sabe…, y es que los niños –al igual que los tontos- son los más fáciles de manipular. Lo que un niño debería saber, si no fuera por la tergiversación torticera y sectaria que de los libros de texto han hecho, es que el Universo y todo lo que él contiene, no es eterno, ni siempre ha estado ahí.
Lo que a los niños deberían enseñar es que el Universo surgió de la nada y con un diseño inteligente, hace ahora entre 13.761 y 13.835 millones de años; y que desde entonces ha estado en continuo crecimiento y evolución.
Ahora explícame tú cómo puede surgir algo de la nada.
– ¿Surgir algo de la nada…? Ejem… no sé…; ¿Darwin…? ¿La teoría de la Evolución…?
– ¿La teoría de la Evolución? ¿Evolución de qué? ¿De la nada? De la nada no puede evolucionar nada.
Pero de la nada sí que puede ser creado algo tan complejo como es el Universo, con un diseño tan sumamente inteligente que le permite, además, estar en continuo crecimiento y evolución.
Pero sin un Creador, de la nada no puede salir nada.
– ¿Me estás hablando de Dios?
– ¡Pues sí! Aunque eres muy libre de llamarlo como te dé la gana, como también lo eres de seguir afirmando, sin base científica alguna que lo respalde, que el Creador no existe y que el Universo salió de la nada por arte de magia. Pero claro, entonces estarás reconociendo que tuvo que haber un mago… ¿no? Pues eso.
– ¡Es que en la magia sí que creo!
– ¡Ya…! ¡Y en Superman seguro que también!
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