La tertulia: Leganés-Valencia

Miguel Ortiz / Pedro Hermosilla / Manuel Huerta

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Pedro Hermosilla.- El Valencia fue a por pepinos y si no llega a espabilar se viene “empepinao”.
De que Voro lee informavalencia.com tenemos, si no evidencias, pruebas circunstanciales. Sacó a Cancelo por delante de la defensa, arropó a Parejo con Suárez y Enzo y de la pitufidelantera sacó sólo a un representante: Rodrigo.

Empezó el duelo con los dos equipos retándose pero sin llegar a agredirse, como una pelea de patio de colegio en que dos mozalbetes se pasan el rato diciendo: “Queeeee”, y el otro “queeee” y el uno “a veraaaásss” y el otro “ a veraaaaás” … lo que se llama un tostón. Ambos equipos renunciaron a que la pelota corriera por el suelo como si estuviera recién fregado, pegando voleones “de Madrid al cielo”. Los de Butarque no sabían si estaban viendo un partido de fútbol o un concurso de pirotecnia. Los jugadores de la proa y la popa del rectángulo verde con dolor de cabeza debido a los pepinazos que les llovían del cielo y los centrocampistas con tortícolis ver pasar la pelota por encima de ellos.

El juego empezó a asentarse y Montoya ejerció de Gayá -subía banda arriba para encontrarse con Cancelo dejando sus espaldas al descubierto-, y Gayá ejerció de Montoya- anclándose en defensa – y por la espalda de Montoya entró el primero de los pepineros. La cosa olía a podrido como en la Dinamarca Shakespeariana. Voro, que parece un personaje de “El Greco” (el caballero de la flor en el culo) o, en su defecto, la “Geperudeta”, indicó que se bajara el balón al césped y que rodara, que para algo es esférico.

La cosa empezó a cambiar a partir de entonces porque la calidad de los chés supera a la de los pepineros y principiaron las opciones de rascar algo en la meseta.

Una jugada polémica de la que se va a hablar durante algunos días -a modo de resumen: es de las que los aficionados del Leganés ven como falta y de las que los del Valencia no- propició el empate de Nani (acierto de Chuso a día de hoy).

En la segunda parte el Valencia quiso jugar más y creaba superioridades en el centro del campo cada vez que Cancelo abandonaba la banda para irse de excursión por la zona central. Enzo, Suárez o Parejo bajaban para ayudar a subir el balón a los centrales y dejarnos huérfanos de balonazos a la extratosfera. Gayá volvía a ejercer de Gayá y Montoya de Montoya. Alves ejerció de Alves, fastidiándola por arriba y parando un penalti. Nani y Suárez ejercieron de fichajes, cocinándose el 1-2…

Cuando las cosas ejercen de sí mismas, lo normal es que reine la normalidad y que el Valencia le gane al Leganés. Y son seis puntos. Pero cuidado con ir a por pepinos, como en un principio, porque se pueden venir empepinados a la próxima.

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PS: Suso acierta con el entrenador, por tu madre.

Miguel Ortiz.-  Lo mejor: La aparición de Nani. El futbolista portugués estaba desaparecido en combate hasta el momento en el campeonato doméstico y en Butarque comenzó a demostrar lo que el Valencia pagó por su traspaso este verano, 8,5 millones de euros. El flamante campeón de Europa anotó el primer tanto del encuentro y sirvió el segundo a Mario Suárez con un centro envenenado. Por otro lado, a destacar también el rendimiento de Joao Cancelo en la demarcación de interior derecho, siempre desbordando a los rivales que le salían al paso y buscando rematador desde la línea de fondo. Y, por supuesto, Diego Alves. El portero brasileño provocó el penalti con una mala salida pero enmendó su error con un nuevo paradón a añadir a su repertorio. En definitiva, el cuadro de Mestalla mejoró y mucho su imagen, sobre todo a partir de la media hora de juego, fue el justo vencedor del duelo siendo muy superior en la segunda mitad.

Lo peor: El gol del Leganés en un nuevo error defensivo. Un fallo en el marcaje de Martín Montoya permitió que los pepineros se adelantaran en el luminoso. El domingo llega el Atlético de Madrid al coliseo de la avenida de Suecia, el calendario se endurece y ya no se pueden dar más regalitos a los delanteros. El argentino Ezequiel Garay ya está incrementando las cargas de trabajo, ha comenzado a ejercitarse con el balón y quiere estar en el partido contra el equipo rojiblanco. El Valencia ha de ser un bloque comenzando desde atrás, sin fisuras, y aprovechar las oportunidades en ataque aunque esta plantilla sigue echando de menos un ‘9’ puro. Tanto es así que Munir fue suplente ante el Leganés.

El entrenador: Salvador González ‘Voro’ se merece un monumento a las puertas de Mestalla. El club volvió a recurrir a su figura tras el cese de Pako Ayestarán y el de l’Alcudia ha respondido con mayúsculas. Dos partidos, seis puntos. El todavía técnico interino está a la espera de que la entidad haga oficial el nombre del nuevo preparador para volver a su cargo de delegado. La mala planificación deportiva se está demostrando una vez más estos días. La Real Federación Española de Fútbol ya ha comunicado oficialmente que Marcelino García Toral no puede dirigir al Valencia en la presente campaña al haber arrancado el curso con el Villarreal. Pese a ello, el director deportivo, Jesús García Pitarch, sigue sin tener cerrada una alternativa y los jugadores continúan a la expectativa de quién será el nuevo jefe del vestuario. En breve habrá fumata blanca.

Manuel Huerta.- No vi el partido. Estaba en el Gerardo Salvador siguiendo a «mi» Paterna CF. Pero sí quiero hablar del tema entrenador. Y discrepar de mi buen amigo Pedro. De todos los nombres que están sonando, querido Peter, el último que yo preferiría es Mancini. Pero tampoco Laudrup, ni por supuesto Van Gaal, ni mucho menos el galo Laurent Blanc.

El que sean entrenadores con nombre y de prestigio no nos garantiza nada en el Valencia, al margen que éstos que se citan están acostumbrados a grandes y poderosas plantillas, y ni aún así les ha ido bien últimamente. El entrenador que venga ha de ser lo más parecido a Voro, un hombre que conozca al dedillo la Liga española y la idiosincrasia del club y de la afición, de los valencianos. Y por supuesto, capaz de entender y conocer a los jugadores, personas egoístas por naturaleza y dados a las exageraciones y las decisiones poco corporativas en cuanto a lucha y esfuerzo.

Sin duda, para mí, el ideal sería Rubén Baraja. El excentrocampista blanquinegre ha acumulado suficiente experiencia en un Elche muy convulso a nivel societario y con un plantel de jugadores justito para no descender. Y lo dejó a las puertas del play-off de ascenso. Entrenó al juvenil de Paterna y se salió. Pero lo más importante, es un hombre ganador de carácter, amigo de Voro, que ha mamado el espíritu Benítez, el del mejor Valencia de la historia, joven (por su relación con los futbolistas) y de la nueva hornada de técnicos dispùestos a comerse el mundo del fútbol.

Ya está bien de experimentos. Mi apuesta es Rubén Baraja.

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