Arriconando al machismo

Susana Gisbert

El otro día leía una noticia que me llenaba de esperanza. A mí y a otras miles de personas, por fortuna. Se trataba de un taxista que se había negado a coger como cliente a alguien que había rechazado subir en el taxi que lo precedía porque la conductora era mujer. El taxista contó el hecho a través de su cuenta de twitter, a ello siguió la afirmación de que el resto de taxistas siguieron el ejemplo, y de las redes el hecho saltó a la prensa digital y lego a la escrita y hasta a alguna televisión.

Más tarde supimos que el hecho no era del todo fidedigno, y que el titular de la cuenta inventaba o adornaba historias para lograr repercusión mediática. Y hubo quienes sintieron eso como una estafa que ejercía de alfiler para pinchar el globo de la ilusión.

Pero, bien mirado, nada de eso. El hecho puede ser verdadero o falso, o ni una cosa ni otra, pero la ilusión ha de mantenerse intacta. ¿Por qué? Pues por varias razones. En primer lugar, porque al tuitero en cuestión no se le ocurrió hacer chanza ni bromas fáciles de las estamos acostumbrados a ver, sino que acudió a un hecho positivo para hacerlo viral –fuera ésta o no su intención-, a un hecho que destaca una acción en pro de la igualdad. Y, en segundo término, porque ello desencadenó que muchos usuarios multiplicaran su efecto difundiéndolo en redes, lo que es un claro síntoma de que la lucha por la igualdad va calando hondo en nuestra sociedad.

Para poner la guinda en el pastel, los medios de comunicación convencionales encontraron el hecho suficientemente reseñable como para concederle un espacio, cosa que no logran muchas de las campañas institucionales orquestadas al efecto.

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Y  lo mejor es que esto empieza a ser algo más que una anécdota. Primero fue Alejandro Sanz y últimamente Pearl Jam, quienes suspendieron su actuación para evitar una agresión machista y reprender al agresor, logrando a su vez que el público también lo repudiara, y que hicieran otro tanto todos los que a través de los medios supieron de ello.

Se trata de arrinconar al machismo. De exaltar a quienes lo rechazan y dejar, de una vez por todas, de reír las gracias a quienes hacen chistes de cosas que no tienen ninguna gracia. Hasta que entiendan que no los queremos en nuestra sociedad.

El camino es largo, pero estas cosas lo hacen un poco menos largo. Y cada día somos más quienes nos pronunciamos por un mundo en igualdad, un mundo mejor para todas las personas.

Arrinconar al machismo, esa es la repuesta. ¿Te unes?

@gisb_sus

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