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The Beatles, 50 años de ‘Revolver’ en Abbey Road

La psicodelia, las drogas y las inluencias orientales del mítico grupo dieron comienzo a partir de este disco

Manuel Huerta.- Hace 50 años de la grabación en los estudios Abbey Road del trabajo «Revolver», el principio de muchos cambios en la formación de Liverpool, tantos que ya se vislumbraba que algo no bueno podía nacer de las discordancias entre McCartney y Lennon.

The Beatles evolucionaban desde tiempo atrás hacia el estado de cosas que les llevaría a «Revolver», su séptimo disco de estudio. Su trabajo anterior, «Rubber soul», ya supuso un salto de calidad hacia la música adulta, con composiciones como «In my life», «Nowhere man» o «Wait» que, más allá de su valía artistica, conllevaban una mayor complejidad en su composición y ejecución.

Este fue uno de los factores que llevaron a la banda a decidir su retirada de los escenarios: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr veían imposible trasladar al directo toda la suma de sonidos que incluían sus grabaciones, en las que ya empezaban a asomar cuartetos de cuerdas, instrumentos de viento, sonidos orientales y efectos diversos.

En la decisión, como no,  tuvo mucho que ver George Martin, el productor del grupo desde sus inicios y el que alentó el espíritu innovador que se convirtió en marca de la casa para el cuarteto británico.

Tras el éxito de crítica y público de «Rubber soul», todo el planeta musical estaba pendiente de lo que The Beatles iban a ofrecer en este nuevo álbum. Y el resultado fue inesperado no solo por la calidad de su contenido sino por la variedad y heterogenenidad del mismo: potentes trallazos rockeros («Taxman»), delicadas baladas («Here, there and everywhere», «For no one»), un tema de corte clásico acompañado de un cuarteto de cuerda («Eleanor Rigby»), una canción infantil («Yellow submarine»), soul («Good day sunshine») y sobre todo psicodelia de(«I’m only sleeping», «She said she said», «Love you too»)...

«Revolver» también es el disco en el que se consolidó la figura de George Harrison como compositor, tarea en la que hasta entonces había estado eclipsado por el tándem Lennon y McCartney. Hasta tres temas, incluyendo la inicial «Taxman», llevaron la firma del benjamín de la banda, que poco a poco iría consolidándose como una tercera vía a la vez que el grupo se encaminaba a su inevitable final.

Ríos de tinta sobre la influencia de «Revolver» con las drogas, especialmente con el LSD con el que los miembros del cuarteto llevaban tiempo experimentando. No es fácil saber hasta qué punto temas como «Tomorrow never knows» hubieran sido lo que son sin la influencia del ácido.

Lo cierto es que este tema, como el resto del disco, supuso una auténtica revolución en los años 60. La edición de «Revolver» cambió casi por completo el rumbo de la música pop, que a partir de entonces se hizo adulta, empezó a buscar nuevas sonoridades e inició el camino que, poco a poco, iría dejando atrás el disco sencillo como obra de consumo rápido para consagrar el LP o disco de larga duración como obra compacta, concebida para ser escuchada de principio a fin.

The Beatles / iV.com
The Beatles / iV.com

Los temas de ‘Revolver’

«Taxman». Por primera vez una composición de George Harrison abre un disco de The Beatles, ganándose un hueco entre la lucha de egos que, cada vez con una competencia más feroz, protagonizaban Lennon y McCarttney. Una guitarra sincopada recorre todo el tema, una queja contra los altos impuestos a los que se veían sometidos los artistas de éxito, como los propios Beatles.

«Eleanor Rigby». La historia de la solterona Eleanor Rigby supuso un hito en la trayectoria del grupo ya que por primera vez ninguno de sus miembros tocaba instrumento alguno: un cuarteto de cuerda se encargó de poner música a esta composición de McCartney en la que, sin embargo, todos los Beatles contribuyeron a sus cuidadas armonías vocales.

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«I´m only sleeping». Primera aportación de Lennon al álbum, una suave tonada que reproduce en su cadencia la pereza de la que trata la letra. Lo más destacado, aparte de su cuidada melodía, es ese solo de guitarra de Harrison reproducido al revés que anticipa muchos sonidos que vendrán después.

«Love you too». La influencia que la India y su cultura tuvieron sobre George Harrison fue casi obsesiva durante esta etapa. Tanto que el guitarrista quiso arrastrar al resto del grupo -aunque con poco éxito- al mundo de meditación que le ofrecía el hinduismo. La prueba más evidente de esa pasión es este tema, en el que el sitar es el principal protagonista.

«Here, there and everywhere». De un tema de corte oriental a esta balada clásica, una de las más conocidas y bellas de cuantas compuso Paul McCartney para The Beatles. De sencilla instrumentación, destacan su tono melancólico y, como siempre, los acertados colchones vocales del grupo. Un clásico instantáneo.

«Yellow submarine». Uno de los temas más conocidos y también más denostados de la carrera de los de Liverpool. Una melodía sencilla, algunos efectos especiales y un estribillo imposible de dejar de canturrear una vez que lo escuchas. Es difícil pensar que una canción que trata de un submarino amarillo no esté influida por las drogas, aunque Paul McCartney lo sigue negando.

«She said she said». Con este tema, inspirado en un ‘viaje’ de LSD que los miembros de The Beatles compartieron con el actor Peter Fonda, John Lennon alcanza la cúspide de la psicodelia. Nada volvió a ser igual en la música pop tras este «She said she said».

«Good day sunshine». Un tema cargado de optimismo, compuesto e interpretado por Paul McCartney, en el que el piano tiene un protagonismo especial. Quizá uno de los grandes olvidados del disco.

«And your bird can sing». Aunque Lennon renegaría años después del tema -«es un porquería», aseguró-, es uno de los más potentes del disco. Las guitarras son las grandes protagonistas, sobre todo en el solo central a dos voces, sobre una base rítmica que invita a moverse sin pausa.

«For no one».Una inspiradísma balada de McCartney, que como en el caso de «Eleanor Rigby» tiene una instrumentación poco ortodoxa, en la que sobresalen los arreglos de trompa.

«Doctor Robert». Sobre una base de country-rock John Lennon compone uno de los temas más directamente vinculados con las drogas de la historia del grupo. El Doctor Robert del título fue, según la leyenda, un personaje real que recetaba a sus pacientes -gentes del mundo del espectáculo- drogas alucinógenas. Sea o no cierto, es uno de los cortes más recordados de «Revolver».

«I want to tell you». La tercera de las aportaciones de Harrison al disco es quizá la menos inspirada, aunque no por ello sea un tema menor. Sus cuidados coros son, quizá, su punto más destacable.

«Got to get you into my life». McCartney rinde un homenaje al soul con esta enorme canción en la que sobresalen los metales y un estribillo desgarrado y bello que hace que el tema se cuele entre lo más destacado del álbum.

«Tomorrow never knows». El último tema de «Revolver» es en el que la banda llevó más lejos sus ansias de experimentación. Como si fuera un resumen de todas las novedades que habían presentado anteriormente, esta composicón de Lennon va un paso más allá, con efectos de sonido, instrumentos orientales, grabaciones con manipulación de cinta, ecos… Una obra maestra que concentra a la perfección todo lo que era -y quería ser- la música pop a mediados de los 60.

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