Otra vez al lío

Jose Segura / LO QUE HAY

Cada vez que la libertad de expresión incluye menciones habladas, escritas o visuales a los símbolos religiosos con una cierta sorna, se arma el lío. Así ha pasado con la imagen en la que la valenciana virgen “Geperudeta” (de los desamparados) y la catalana “Moreneta” se besan en la boca.

La citada imagen ilustra un cartel de la organización Endavant, como llamada a la manifestación del Día del Orgullo Gay prevista en Valencia. Como era de esperar, tanto la jerarquía valenciana de la iglesia católica, como los políticos conservadores y sus voceros, han puesto el grito en el cielo, nunca mejor dicho.

Nada que ver cuando con la anuencia general ante las caricaturas sobre Mahoma, que en su día fueron publicadas primero en Suecia y después por la masacrada revista francesa Charlie Hebdo. Será por eso de que la moral, como la verdad, es relativa.

Esta nueva y virulenta reacción ante lo que puede significar una falta de respeto a los creyentes católicos me ha recordado una imagen norteamericana, que tuve la ocasión de ver al principio de mi carrera como publicitario. Una revista estadounidense, en cuyo interior se desarrollaba un reportaje sobre las desventuras de las madres solteras de entonces, ilustraba su portada con una imagen de la virgen María, embarazada y diciendo: “¿Te casarás conmigo, José?”. No escandalizó tanto aquella portada, publicada hace décadas, en un país entonces mayoritariamente protestante o similar –que no cree en la virginidad de María-, en el que también habitaban millones de católicos.

Y es que la libertad de expresión es sagrada en los países auténticamente democráticos, en los que el laicismo de los derechos civiles generales se sitúa muy por encima de las personales creencias religiosas. Se espante quien se espante.

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Para juzgar este posible agravio del susodicho cartel, conviene recordar que el cardenal Cañizares está siendo investigado por la fiscalía ante la denuncia por delito de odio, en consecuencia con sus anteriores e ilegales declaraciones homófobas, anteriores a la campaña de Endavant. También que otros obispos del País Valenciano y de la catalana Tortosa se han unido a Cañizares en su protesta por la lesbiana imagen. Como también es cierto que los demás obispos catalanes no han dicho ni mú.

En mi caso, será por mi particular cultura, por mi vuelta de tantas cosas o porque no soy creyente, la citada imagen de las vírgenes mediterráneas publicada por Endavant, no me ha escandalizado. Puedo comprender que afecte negativamente a muchos católicos practicantes, pero estos lo que deben hacer es pasar del asunto, porque la manifestación anunciada no parece ir con ellos. O sí, porque si uno rasca en los llamados evangelios apócrifos, se encuentra más de una sorpresa condenada al ostracismo cuando el Concilio de Nicea (año 325) y el emperador Constantino I, adoptaron conceptos como la Iglesia Católica Apostólica Romana, o crearon nuevas figuras de adoración que sustituyeran a otras anteriores y paganas, pero con celebración en las mismas fechas, por aquello de facilitar la transición religiosa al pueblo.

Así, la virgen María sustituyó a la diosa Isis, de origen egipcio, y otros tantos nuevos santos y conmemoraciones se readaptaron al nuevo pacto, acuerdo que dejó por el camino muchas de las antiguas creencias, entre las que se discutía si Jesucristo era o no un dios. Otro tanto ocurrió con la Navidad, que sustituyó a las celebraciones del entonces muy relevante solsticio de invierno. Eso se llama política y conveniencia, no creencia religiosa. Como la infalibilidad del Papa, de la que el propio Francisco duda.

De igual manera, me consta que en muchos ambientes católicos, celebraciones masivas y enfervorizadas como el Rocío o el traslado anual de la “Geperudeta” a la catedral valenciana, son consideradas actos tan o más paganos que la religiosidad que se les supone.

Creo que ya es hora de que la tolerancia “habite entre nosotros” de una vez, porque de no ser así, mal camino llevamos. Mientras tanto, cada uno que haga con sus creencias lo que quiera, pero a través de la voluntad, no de la obligación.

Twitter: @jsegurasuarez

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