El Cid no estaba muerto, estaba de parranda (parte uno)

Pedro Hermosilla / HISTORIAS PARA UN RATICO

Mi colega Rodrigo se queja, y con razón, de que en el  Pituficapítulo anterior se hablara muy poco de su tocayo “El Cid”,  así que nada más placentero para mí que hacerle caso en esta tarde y de paso dar un poco más la tabarra con las historietas estas de abuelos cebolleta.

Hagamos un resumen muy escueto de su vida y si alguien llega a leer hasta el final, hablaremos de su muerte, o mejor de las aventuras que corrió después de ésta, que son las más curiosas en mi opinión (cojo la información del libro “Polvo eres” de Nieves Concostrina para que conste en acta, por cierto maravillosa,- Nieves, no el acta-, si veis algún libro de ella no dudar en comprarlo por lo que valga).

Rodrigo nació en Vivar…bla bla bla bla…. fue alférez, es decir portaestandarte al servicio del rey don Sancho del que fue colegui en su juventud…bla bla bla …hasta que murió el rey en el sitio de Zamora.

Loading...

Regresa del destierro el hermano de don Sancho, don Alfonso (de los Alfonsos que hablamos hace poco) y se hace con la corona de Castilla, pero pasando por la humillación de prestar juramento delante del Cid, que ya era un hombretón, de que no tenía nada que ver con la muerte de don Sancho. Ahí empieza a complicarse el partido: el nuevo rey que era muy rencorosito no se la perdona y le coge la matrícula. Resultado: tarjeta roja, expulsión y destierro por apalizar a García Ordoñez, noble castellano y pelota oficial del rey, defendiendo a un reyezuelo sevillano.

Aún así, El Cid se pone al servicio de su señor en cuanto tiene ocasión, el rey lo perdona, lo condena, lo perdona, lo condena… (incluso hace encerrar a su familia y de confiscarle sus terruños en Castilla).

Hasta que a Rodrigo se le hinchan las narices y decide volar solito y manda a freír espárragos a don Alfonso. Conquista Valencia y pone a los pitufos (almorávides) mirando a la Meca cada vez que asoman los bigotes cerca del Turia…bla bla bla bla… Muere en julio de 1099 ( uyyyyyyyy por poco no ve el S XII), a los 56 años y su esposa doña Jimena lo hace enterrar en la catedral de Valencia.

Continuará con El Cid muerto, que tuvo más actividad que Pocholo en Agosto…

Be the first to comment on "El Cid no estaba muerto, estaba de parranda (parte uno)"

Leave a comment

Your email address will not be published.