Juan E.Daroqui / Economista
Los antropólogos en su estudio del ser humano deberían subdividir al homo sapiens en algo así como homo sapiens sapiens y homo sapiens stultus, porque hay unos cuantos humanos mucho más estúpidos que sabios.
He leído que en Barcelona “celebran” (no sé que tienen que celebrar) unos encuentros llamados “Ruletas Sexuales” a los que se invita a una persona infectada del virus VIH (SIDA) y se montan un orgía donde practican sexo entre los asistentes sin saber si con quien lo haces es el portador del VIH.
¿Se puede ser más imbécil?. Seguramente no.
Esto no sé si es un delito o no, pero sin duda debería serlo por parte de todos los participantes. Que una persona con VIH se preste a poder propagar la enfermedad de forma consciente seguro que debe estar penado, y que alguien sano la pueda contraer sin saberlo y a su vez la pueda propagar, también.
Quien juega a la ruleta rusa con un revólver y una bala, si tiene mala suerte solo se hace daño a él mismo, se vuela su cabeza. Quien juega a la ruleta sexual y tiene mala suerte no solo se hace daño él sino que puede hacérselo a mucha más gente. ¿Como de puede ser tan estúpido y tan inconsciente?.
Parece que como en los países desarrollados se ha logrado que el SIDA no sea una enfermedad mortal de necesidad, muchos le han perdido el miedo a la misma. Con tratamiento se puede seguir llevando una vida casi normal.
En el mismo artículo se narra la conversación que tuvo el Dr. Josep Maollas, adjunto del servicio de enfermedades infecciosas y sida del Hospital Clínic de Barcelona, con un homosexual de 22 años: «Me dijo, mi sexualidad es importantísima y no me quiero resignar, a los 22 años, a vivir el resto de mi vida con un preservativo puesto. ¿Qué alternativa tengo?: Infectarme. Y cuanto antes me infecte y antes me trate y mantenga una carga viral indetectable, antes dejaré de sufrir por si me infecto», ¿cómo es posible?, «Cuando me lo dijo, me quedé helado» ha señalado el Dr. Maollas.
Y es que es para quedarse a cuadros. El desprecio por la salud propia es cosa de cada uno, si alguien quiere infectarse voluntariamente pues supongo que es libre de hacerlo, pero que lo diga para que los demás lo sepan y tomen las precauciones pertinentes. Además, ya que se infecta por voluntad propia, que el tratamiento, que viene a costar unos 7.000 euros al año, se lo pague de su bolsillo. No tenemos porqué pagar todos los “caprichos” de esta gente.
¿Realmente evoluciona la especie humana o involuciona?.
@Rutiguer_JED
Agregar comentario