Valencia se convierte un año más en capital universal de la pólvora, la música, la devoción y las flores
Miguel Ortiz
La millor festa del món. Esta frase es la que mejor define la fiesta de las Fallas. Durante el mes de marzo, en concreto, del día 1 al 19, la ciudad Valencia se convierte en un auténtico hervidero de público. Uno de los actos que mayor cantidad de gente congrega es la mascletà en la plaza del Ayuntamiento, una sinfonía que comienza con puntualidad británica, a las 14 horas. Esta cita, para las empresas pirotécnicas, es un auténtico examen final, un reto, no valen excusas.
La capital del Turia es la capital mundial de la pólvora. Las firmas comienzan el montaje del disparo sobre las 6.30 horas, lo tienen todo diseñado, dibujado para el despliegue del arsenal, son los amos del cuadrilátero, están solos ante el peligro, nunca mejor dicho, con mucha pólvora entre sus manos. Antiguamente se disparaban ‘a mano’, con los empleados prendiendo fuego a las diferentes fases con la mecha. En la actualidad, las tecnologías han ganado la partida a la tradición.
Así, a fecha de hoy, todas las ‘mascletades’ se disparan con ordenador. El espectáculo arranca con una clásica traca valenciana que da paso a las secciones aéreas y terrestres que, cada vez más, son acompañadas por unos golpes digitales terrestres. Éstos son muy sencillos de diferenciar ya que son los masclets que cuelgan del perímetro del coso, de las vallas de seguridad. La intensidad de las detonaciones marca el calibre de cada carcasa.
Los pirotécnicos son unos verdaderos fenómenos, unos directores de orquesta. Durante el evento, el buen aficionado percibe a la perfección interpretaciones de himnos, entre otros, el Regional o ‘Paquito el chocolatero’ o se dibuja en el cielo los colores de la senyera. El cuerpo central suele ser clásico, de menos a más, en el que predomina la sección terrestre, que es ‘vestida’ y acompañada por diferentes y coloridas fases aéreas. La retención final del mismo da paso al terremoto, al momento de la verdad.
El disparo alcanza una velocidad de vértigo, se hace de noche en la plaza, y la intensidad es de tal manera que tiembla literalmente el asfalto, los cimientos que rodean el Consistorio. Están diferenciados en varias fases, habitualmente cuatro, una tradicional de suelo que da paso al bombardeo aéreo para continuar el terrestre digital y concluir con una retención apoteósica en el cielo de Valencia.
Un buen seguidor de la mascletà es el que, año tras año, se coloca en el mismo punto para contemplar el espectáculo. De esta manera, puede realizar, día a día, un análisis y una valoración con rigor de la exhibición. Los puntos que más aficionados concentran suelen ser los de Correos o el edificio de Telefónica. Una vez concluye la mascletà, el público se agolpa sobre las vallas de seguridad para expresar su opinión sobre la misma mientras los artistas de la pólvora saludan al respetable para, posteriormente, saludar desde el balcón de alcaldía del Ayuntamiento.
Las Fallas ya están en la calle
La segunda semana de marzo, desde el día 6 ó 7, Valencia se convierte en una manifestación de arte ya que los monumentos de las diferentes comisiones falleras, sobre todo, los correspondientes a la Sección Especial comienzan a pisar la calle. El arduo trabajo de todo un año empieza a ver la luz. Sí, porque sus mentores tienen que ponerse rápidamente manos a la obra para darles forma y hacerlos crecer.
Los de máxima categoría son de gran volumen por lo que los artistas comienzan la plantà de los remates para que, el 15 por la noche, luzcan en todo su esplendor. A partir de ahí, las calles de la capital del Turia son un continuo goteo de gente a visitar estas verdaderas obra de arte que serán quemadas el día 19.
Ruzafa se ilumina
Las tres comisiones de Ruzafa, Cuba-Literato Azorín, Sueca-Literato Azorín y Cuba-Puerto Rico y la falla Avenida Malvarrosa-A.Ponz-Cavite celebran mañana el encendido de luces que será entre las 20 y 21 horas.
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